¿Queréis una tarta que sorprenda a todos? Esta es una receta que no ha dejado indiferente a nadie. Porque una cosa es verla y otra muy diferente probar un bocado. Después de hornearla y comprobar su sabor, quise que todo el mundo la probase, aunque solo fuese un mordisco. Porque esa mezcla de sabores en la boca es espectacular. No exagero. Si siempre digo "no dejéis de hacer esta receta", lo de hoy supera toda expectativa. Es muy, muy sencilla y ya os digo que triunfaréis.
Mi padre me regaló un tupper con unas cuantas moras silvestres, de las de zarza. En mi nevera tenía además unos arándanos recién comprados, así que decidí mezclar.
Busqué recetas para hacer la mejor tarta...¡y creo que la encontré! Cogí un poquito de aquí, otro de allá... ¡Y el resultado es impresionante! Me cautivó la mezcla de especias, pero jamás pensé que unidas a la fruta conseguiría ese sabor tan especial.
La masa quebrada es una receta de mi amiga italiana Rosa María Zito, una bloguera gluten free que hace auténticas maravillas. Sin duda se ha convertido en mi receta base de masa quebrada de cabecera.
INGREDIENTES:
Para la masa quebrada:
300 g de harina de arroz
100 g de fécula de patata
50 g de tapioca o almidón de maíz
8 g de goma xantana
2 huevos enteros (pesan unos 55 g cada uno sin cáscara)
225 g de mantequilla (cortada en dados de 1 cm y fría de la nevera)
200 gramos de azúcar
1 pizca de sal
1 cucharada de azucar vainillado, la ralladura de un limón orgánico o canela en polvo o todo junto
Para el relleno:
- 600g de moras silvestres, o mezcla de moras y arándanos
- 200g de azúcar
- 50g de almidón de maíz
- Ralladura de naranja al gusto
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 1 cucharadita de canela
- 1/4 de cucharadita de nuez moscada
- 1/2 cucharadita de jengibre en polvo
Además, necesitaremos 1 huevo batudo para pintar la tarta antes de meterla al horno.
PREPARACIÓN:
Para preparar la masa, los pasos son los mismos que para cualquier masa quebrada.
Comenzamos mezclando las harinas, xantana y azúcar y con la mantequilla cortada en dados, que ya sabéis que debe estar bien fría. Podéis trabajarlo con las manos, yo para no calentar la masa preferí hacerlo en el robot. Observaréis que la mezcla adquiere una consistencia como de arena mojada.
Añadimos entonces los huevos lugeramente batidos.
Como véis, se separaba perfectamente de las paredes, y tomó una consistencia suave.
Amasamos sobre la encimera para después hacer una bola que refrigeraremos envuelta en film durante 1 hora.
Mientras tanto, preparamos el relleno de la tarta. Mezclamos todos los ingredientes excepto la fruta en un bol. Cuando la mezcla sea homogénea, se lo añadimos a la fruta, removiendo con cuidado para no romperla. Reservamos. Ponemos el horno a precalentar a 200ºC.
Pasado el tiempo de reposo, sacamos la bola de masa del frigorífico. Tomamos 3/4 partes y re0dervamos el resto. Engrasamos un molde para quiche. Podemos estirar la masa para forrar luego el molde o bien, más sencillo, colocar la bola sobre el molde y repartirla con los dedos. El resultado va a ser similar, pero con la segunda opción trabajaremos menos. Pinchamos varias veces la masa con un tenedor.
Ahora deberemos "hornear a ciegas". Ponemos un papel de horno sobre la masa y depositamos en él garbanzos hasta cubir su superficie.
Horneamos 15-20 minutos a 180ºC, lo suficiente para que luego la tarta no necesite tanto tiempo y la fruta no quede demasiado pasada. Sacamos del horno, retiramos el papel con cuidado y colocamos encima la mezcla de fruta.
En este punto, podríamos usar el 1/3 restante de masa del frigorífico y elaborar una tapa, una rejilla, o la decoracion que deseemos. En mi caso preferí hacerla al estilo tradicional, con la fruta totalmente a la vista, y por eso congelé el resto de masa.
Horneamos a 180ºC otros 40-45 min, vigilando de vez en cuando. Si hacemos una tarta cubierta, necesitará 10-15 minutos más de cocción.
Veremos que la masa se dora levemente y comienza a despegarse de las paredes del molde. Cuando esto ocurra, sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar.
Para mi gusto, este pie está estupendo templado. De hecho, aunque lo conservé en el frigorífico, siempre le daba un pequeño toque de microondas a las porciones. Creo que se saborea mejor.
Puede que no sea la tarta más bonita que hayáis visto, pero quizá sí la más rica que habéis probado.
Si os animáis a hacerla, ¡contadme! Me encantará saber cuáles son vuestras impresiones. ¡Nos vemos pronto!
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