El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

domingo, 8 de septiembre de 2019

PIE/TARTA DE MORAS SILVESTRES Y ARÁNDANOS





¿Queréis una tarta que sorprenda a todos? Esta es una receta que no ha dejado indiferente a nadie. Porque una cosa es verla y otra muy diferente probar un bocado. Después de hornearla y comprobar su sabor, quise que todo el mundo la probase, aunque solo fuese un mordisco. Porque esa mezcla de sabores en la boca es espectacular. No exagero. Si siempre digo "no dejéis de hacer esta receta", lo de hoy supera toda expectativa. Es muy, muy sencilla y ya os digo que triunfaréis.
Mi padre me regaló un tupper con unas cuantas moras silvestres, de las de zarza. En mi nevera tenía además unos arándanos recién comprados, así que decidí mezclar. 


 Busqué recetas para hacer la mejor tarta...¡y creo que la encontré! Cogí un poquito de aquí, otro de allá... ¡Y el resultado es impresionante! Me cautivó la mezcla de especias, pero jamás pensé que unidas a la fruta conseguiría ese sabor tan especial.
La masa quebrada es una receta diferente a la que hacía normalmente. La extraje de un libro llamado "Gluten-free baking for the Holidays", uno de mis favoritos. Y no me defraudó. Sin duda será mi receta base a partir de ahora. Lo que observaréis es que me quedé corta. Estrenaba mi molde para quiches de Emile Henry y no pensé que fuese a necesitar tanta masa para rellenarlo. ¡La próxima me quedará perfecta!
Esta masa tiene la peculiaridad de que lleva una harina que no estamos muy acostumbrados a manejar en España, y es la harina de arroz glutinoso o arroz dulce. Pues no sé si será precisamente este ingediente el que hace tan especial esta masa, ¡el caso es que está buenísima!


INGREDIENTES:

Para la masa quebrada:
- 85g de harina de arroz integral
- 100g de harina de arroz blanco
- 80g de harina de arroz glutinoso o "dulce"
- 60g de fécula de mandioca
- 3g de goma xantana
- Una cucharada de azúcar blanco
- 1 pizca de sal
- 225g de mantequilla sin sal bien fría
- 1 cucharada de vinagre suave (de manzana, de sidra...)
- 3-6 cucharadas de agua muy fría

Para el relleno:
- 300g de moras silvestres, o mezcla de moras y arándanos
- 120g de azúcar
- 30g de almidón de maíz
- Ralladura de naranja al gusto
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1/2 cucharadita de canela
- 1/4 de cucharadita de nuez moscada
- 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo 


Además, necesitaremos más mantequilla, unos 50g más, que usaremos justo antes de introducir la tarta en el horno.

PREPARACIÓN:

Para preparar la masa, los pasos son los mismos que para cualquier masa quebrada.
Comenzamos mezclando las harinas, azúcar y mejorantes (ingedientes secos) con la mantequilla cortada en dados, que ya sabéis que debe estar bien fría. Podéis trabajarlo con las manos, yo para no calentar la masa preferí hacerlo en el robot. Observaréis que la mezcla adquiere una consistencia como de arena mojada.




Añadimos entonces el vinagre y seguimos removiendo.
Y por último, vamos añadiendo el agua muy fría a cucharadas, esperando para ver cómo es el resultado antes de añadir la siguiente cucharada. Para esta masa, en pleno agosto y en el interior, ambiente muy seco, yo añadí 3 cucharadas. Dejé de añadir cuando vi que la masa tenía este aspecto:



Como véis, se separaba perfectamente de las paredes, y tomó una consistencia suave.


Dividimos la masa en 2 partes iguales, y refrigeramos durante  30 minutos.
Mientras tanto, preparamos el relleno de la tarta. Mezclamos todos los ingredientes excepto la fruta en un bol. Cuando la mezcla sea homogénea, se lo añadimos a la fruta, removiendo con cuidado para no romperla. Reservamos. Ponemos el horno a precalentar a 200ºC.




 Pasado el tiempo de reposo, sacamos una de las bolas de masa del frigorífico. Engrasamos un molde para quiche. Podemos estirar la masa para forrar luego el molde o bien, más sencillo, colocar la bola sobre el molde y repartirla con los dedos. El resultado va a ser similar, pero con la segunda opción trabajaremos menos. Pinchamos varias veces la masa con un tenedor. Aquí es donde os digo que la masa se me quedó corta, porque debería haber llegado hasta arriba en el molde, para además haber hecho un borde bonito. Pero había congelado una de las bolas, así que ya no me quedaba más remedio que seguir adelante.
 


Ahora deberemos "hornear a ciegas". Ponemos un papel de horno sobre la masa y depositamos en él garbanzos hasta cubir su superficie.




Horneamos 15-20 minutos a 180ºC, lo suficiente para que luego la tarta no necesite tanto tiempo y la fruta no quede demasiado pasada. Sacamos del horno, retiramos el papel con cuidado y colocamos encima la mezcla de fruta. Por último repartimos por toda la superficie unos dados de mantequilla.



En este punto, podríamos sacar la otra bola de masa del frigorífico y elaborar una tapa, una rejilla, o la decoracion que deseemos. En mi caso preferí hacerla al estilo tradicional, con la fruta totalmente a la vista, y por eso congelé directamente una de las bolas tras hacerlas.
Horneamos a 180ºC otros 20-30 min, vigilando de vez en cuando. Si hacemos una tarta cubierta, necesitará 10-15 minutos más de cocción.
Veremos que la masa se dora levemente y comienza a despegarse de las paredes del molde. Cuando esto ocurra, sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar.


Para mi gusto, este pie está estupendo templado. De hecho, aunque lo conservé en el frigorífico, siempre le daba un pequeño toque de microondas a las porciones. Creo que se saborea mejor.

Puede que no sea la tarta más bonita que hayáis visto, pero quizá sí la más rica que habéis probado.

Si os animáis a hacerla, ¡contadme! Me encantará saber cuáles son vuestras impresiones. ¡Nos vemos pronto!



















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