El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

miércoles, 20 de enero de 2021

BIZCOCHO DE CÚRCUMA Y LIMÓN


Hoy comenzaba en colegio de forma presencial tras las vacaciones de Navidad. Las fuertes nevadas han impedido que haya podido iniciarse antes.
Para animar a mis niñas en el comienzo del trimestre, ayer hice un bizcocho “nuevo”, uno que no había hecho nunca antes.cogí mi libro favorito de bizcochos y me puse a ojearlo. En las primeras páginas, aparecía el título "Ciambella soffice agli albumi e curcuma", bizcocho suave con claras de huevo y cúrcuma. Me pareció el ideal y me puse a ello.
Como veis el nombre del bizcocho lo he cambiado, porque llevaba lima entre los ingredientes (yo puse limón) y realmente no es algo secundario, aporta muchísimo sabor, tanto que no podía dejar de ser protagonista. 
Cuando lo hemos probado, hemos quedado muy sorprendidos: es un sabor que no se parece en nada a ninguna otra receta que haya hecho, y eso que he hecho un montón. La cúrcuma es un habitual en nuestra mesa, lo mismo se la echo al arroz que a la quinoa, a los fideos chinos, al cuscús... Pero jamás pensé que podría ser tan interesante en repostería. A pesar de ser una raíz como el jengibre, que añado a casi todas mis preparaciones reposteras, no se me había ocurrido nunca utilizarla en cocina dulce. Eso sí, os advierto que teñirá el molde que utilicéis, igual que tiñe el wok, la tapa del robot o cualquier utensilio que esté en contacto con ella. Es un colorante natural por definición.

INGREDIENTES: 

- 170g de harina de arroz
- 50 g de almidón de maíz
- 1 cucharadita de psyllium
- Puntita de cuchara de goma xantana
- 220g de mantequilla a temperatura ambiente
- 220g de azúcar
- 220g de clara de huevo (yo las puse pasteurizadas)
- 5 cucharaditas de cúrcuma en polvo
- Una pizca generosa de sal
- 16g de cremor tártaro (no es imprescindible, pero sí muy recomendable para estabilizar las claras)
- 12g de levadura química 
- El zumo y la ralladura de un limón y medio
 
Azúcar glass para espolvorear al final. En este caso no es opcional, es parte de la receta.
 
 
ELABORACIÓN:  

Precalentamos el horno a 220ºC.
Ponemos en un bol las claras junto al cremor tártaro y montamos hasta el conocido punto de nieve. Cuando estén casi montadas, añadimos las cucharadas de cúrcuma, una a una. Ya sabéis, si están bien montadas, podremos darle la vuelta al bol y vencerán a la fuerza de la gravedad, manteniéndose en su sitio. Reservamos.

 
En otro bol, pesamos las harinas junto a la sal, el psyllium, la xantana, y la levadura. Mezclamos bien. Reservamos.
Mezclamos en un bol la mantequilla junto con el azúcar hasta que tenga una consistencia suave y cremosa.
Bajamos entonces la velocidad del robot y vamos añadiendo poco a poco la mezcla de harinas. Cuando la masa sea homogénea, añadimos el zumo y la ralladura del limón.
 
 
Por último, añadimos las claras montadas y mezclamos con una espátula, con movimientos envolventes.

 

Normalmente es muy importante que la mantequilla no esté fría, pero en esta receta es imprescindible, porque de lo contrario costaría mucho incorporar las claras. Tened paciencia, porque tampoco es útil si está fundida.

Engrasamos un molde, si fuese de bundt mucho mejor, porque la cocción sería más uniforme (me refiero a los que tienen una chimenea central).

Ponemos la masa en el molde e introducimos en el horno, bajando la temperatura a 200ºC.

Tras 20 minutos de cocción, bajamos la temperatura a 180ºC, y horneamos otros 10 minutos.
Comprobamos el punto de cocción y sacamos del horno si está listo. Enfriamos 10 minutos dentro del molde y a continuación desmoldamos y ponemos sobre una rejilla hasta que se enfríe por completo.

Para finalizar, espolvoreamos con azúcar glass cuando esté completamente frío para que el azúcar quede en la superficie y no se absorba... ¡Y listo!


¡Ya me contaréis! A nosotros nos ha sorpendido muchísimo ese sabor tan fresco y esa textura tan suave. ¡Repetiremos seguro!