El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

viernes, 13 de septiembre de 2019

FARINATA GENOVESA


El plato de hoy es probable que no lo hayáis probado nunca. Es un plato típico de La Liguria, la zona norte de Italia. También lo es de La Toscana (Pisa y Livorno). Y no podía faltar en este blog porque, además de estar riquísimo, es una receta sin gluten por naturaleza. Su ingrediente principal es la harina de garbanzos.
Conocimos la Farinata el año pasado durante nuestra estancia en Génova, ciudad de la que es originaria. Este año, en nuestro paso por Pisa, Verona, Bolonia e incluso en la Cinque Terre pudimos volver a disfrutarla. Y quise reproducirla en casa para poder comerla cada vez que nos diese el antojo.
Es una de estas recetas con historia, de las que a mí me gustan. Si no te apetece leerla, ve directamente a los ingredientes. Pero su origen es tan curioso, que creo que merece la pena contarlo. 
En Italia se la conoce como Farinata, Fainâ (en ligur), Cecina o Torta di ceci. Éste último nombre es el que mejor la define, puesto que ceci significa garbanzo. Y la farinata no es más que eso, una torta de garbanzo. Su textura es blanda, nada tiene que ver con la pizza ni con la focaccia puesto que es mucho más húmeda y jugosa, no es pan. Compararía su textura con la de una quesada, para que os hagáis una idea. En cualquier caso, creo que lo mejor que podéis hacer es probarla. Su elaboración no tiene complicación ninguna, tan solo requiere cierta previsión. Si compráis pesto ya hecho (el de Mercadona es sin gluten y da el pego) no trabajaréis apenas  y podréis disfrutarla sin complicaciones de la que a mí me parece la mejor manera.
Cuenta la leyenda que en 1284, cuando Génova ganó la batalla de Meloria contra Pisa, su ejército encontró una gran tormenta que hizo que perdieran a parte de la tripulación, además de que hizo que entrase agua en la bodega. Los barriles de aceite y garbanzos se mojaron con el agua salada. Se creó así una papilla que no podían permitirse tirar, puesto que era de la poca comida que les quedaba.
Algunos marineros rechazaron comerlo por su aspecto, y allí quedó, expuesto al sol. Pero pasados unos días el hambre pudo más que nada y tuvieron que probarlo. El sol había secado la pasta y había creado una corteza dorada y de sabor muy agradable. Tanto les gustó que al llegar a casa decidieron recrearla y cocerla en el horno. Y así nació la farinata.

INGREDIENTES:

- 300g de harina de garbazos
- 900 ml de agua
- Un chorro de AOVE
- Sal al gusto
 ...Y nada más!

PREPARACIÓN: 

Ponemos la harina en un bol y comenzar a añadir el agua poco a poco, removiendo bien para evitar que se formen grumos. Recomiendo unas varillas.
Dejamos reposar la masa, que será totalmente líquida, en la nevera durante al menos 4 horas, mejor si es toda la noche, aunque no es imprescindible.




Pasado el tiempo de reposo, retiramos la espuma que ha podido formarse en la superficie y removemos bien. Añadimos entonces el chorro de aceite.

Vertemos la mezcla en un molde para horno bien engrasado. Yo elegí una cocotte baja por ser el hierro un excelente conductor del calor. Añadimos por encima la sal al gusto e introducimos en el horno precalentado a 200ºC, para cocer a 180ºC durante unos 20-25 minutos.



Veremos cómo poco a poco la masa se va deshidratando, hasta que apenas podemos ver el líquido.



Cuando la superficie adquiera un color dorado y veamos que ha cuajado por completo, sacamos del horno.



Para mí es ideal servirla con una cobertura de pesto.  Aunque puede simplemente aderezarse con sal gorda en su superficie y unas ramitas de romero, y servir como acompañamiento de embutidos, carnes...

Aquí os dejo una foto para que veáis cómo es el corte. ¡Parece imposible que algo tan sencillo pueda resultar tan rico! ¡Animaos a probarlo y dejad que los sabores de Italia inunden vuestra cocina y vuestra mesa!






No hay comentarios:

Publicar un comentario