El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

sábado, 14 de junio de 2025

MINI BUNDT CAKE DE FRAMBUESA Y MASCARPONE CON CHOCOLATE BLANCO




Los frutos rojos siempre llaman mi atención en la frutería. Su sabor, dulce y con un ligero toque ácido, es ideal para la repostería. Su combinación con el chocolate siempre es un acierto, para mi gusto mucho mejor el blanco.
Si a esto le sumamos una presentación vistosa, estos pequeños bocados pueden ser un regalo perfecto. Si tenéis un molde parecido al mío, el resultado será un éxito. Si no es así, siempre podéis transformarlos en unos deliciosos muffins recubiertos de chocolate.

Por cierto, no me quedó más remedio que bañar 3 de estos bollitos en chocolate con leche. Mis hijas no me lo perdonaban de otra manera.

INGREDIENTES: (para 12 mini bundts)

- 115g de harina de arroz
- 50g de almidón de maíz
- 1/2 cucharadita de psyllium
- Puntita de cuchara de goma xantana
- 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/4 de cucharadita de sal
- 75g de azúcar
- 40g de mantequilla en pomada
- 125g de queso mascarpone
- 1 huevo tamaño L
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 110 g de frambuesas frescas

Para la cobertura 
- 250g de chocolate blanco
- 1 cucharadita de aceite de coco o mantequilla


ELABORACIÓN: 

Precalentamos el horno a 200ºC.
Mezclamos en un bol las harinas, el psyllium, la xantana, la levadura, el bicarbonato y la sal. Reservamos.

Batimos el huevo junto con el azúcar. Añadimos la mantequilla y después el queso mascarpone. Agregamos a continuación la vainilla y batimos hasta que la textura sea homogénea.

Añadimos poco a poco la mezcla de harinas. El resultado es una masa muy densa, imprescindible para que las frambuesas no caigan al fondo. 

Para terminar, agregamos las frambuesas. Yo las corté en 4 porque el molde tiene huecos pequeñitos. Si hacéis muffins, perfectamente pueden ir enteras.

Engrasamos un molde y vertemos la masa, llenando hasta 2/3 de la capacidad de cada hueco.
Introducimos el molde en el horno, en la rejilla a media altura, con calor arriba y abajo, y bajamos la temperatura a 180ºC. 

En mi caso, se hornearon en 14 minutos. Si son muffins, que son más grandes, probablemente necesiten unos 20 minutos.

Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Cuando estén bien fríos, fundimos el chocolate con el aceite de coco al baño maría o en el microondas. 
Ponemos un poco de chocolate blanco en cada hueco (un poco menos de la mitad) y colocamos los bollitos, presionando bien.
Congelamos aproximadamente 30 minutos. Sacamos del congelador y damos unos pequeños golpes sobre la encimera, y veremos cómo caen los bollitos junto con su concha.

¡Y a disfrutarlos!




Os dejo un vídeo para que veáis lo fácil que resulta el proceso.






domingo, 1 de junio de 2025

DONUTS DE CHOCOLATE Y NARANJA

 


La combinación de chocolate y naranja es algo mágico. Pero cuando se trata de unos pequeños bocados como estos donuts, se vuelve una maravilla.

Para hacerlos, es necesario tener un molde de silicona para donuts. No se trata de unos donuts al uso, sino que se hacen con levadura química (tipo Royal), y en el horno.

Hice dos versiones: una con un glaseado de naranja que es una auténtica perdición, y los clásicos bañados en chocolate negro. Si me tuviese que decidir, me quedo con los primeros.

La receta es una adaptación de un libro de donuts americano titulado “Mini Donuts: 100 Bite-Sized Donuts Recipes to Sweeten your “hole” day. ¿Tienes en casa un juego de cups? ¡Pues venga, guarda la báscula y saca tus cups!


INGREDIENTES

Para los donuts (sale una docena):

- 1 taza de harina de arroz
- 1/3 taza de almidón de maíz
- 1 cucharadita de psyllium
- 1 puntita de cuchara de goma xantana
- 1⁄2 taza de cacao en polvo desgrasado
- 2 cucharaditas de levadura química
-1⁄4 cucharadita de sal
- 1 huevo L
- 3⁄4 taza de azúcar 
- 2 cucharaditas de ralladura de naranja
- 1 cucharada de zumo de naranja
- 3 cucharadas de AOVE
- 1⁄4 taza de yogur natural
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1⁄2 taza de leche 

Para el topping

- 1⁄2 taza de azúcar
- 2 cucharadas de ralladura de naranja

Para el glaseado de naranja

- 1 cucharada de zumo de naranja
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 y 1⁄2 tazas de azúcar glas

Para la cobertura de chocolate:

- 150g de chocolate negro
- 1 cucharadita de aceite de coco o mantequilla


ELABORACIÓN

Precalienta el horno a 200ºC.
En un bol, tamiza las harinas, el cacao en polvo, el psyllium, la xantana, la levadura y la sal. Reserva.
En un bol mediano, bate el huevo y el azúcar. Luego agrega la ralladura de naranja, el zumo de naranja, el aceite, el yogur natural y el extracto de vainilla, mezclando hasta que se combine completamente. 
Agrega suavemente la mezcla de harina, alternando con la leche, revolviendo hasta que no queden grumos. 
Llena cuidadosamente los moldes para donuts bien engrasados, hasta 2/3 de su capacidad.



Hornea durante unos 20 minutos o hasta que un palillo insertado en un donut salga limpio. 



Transfiere los donuts a una rejilla para que se enfríen completamente. 


En un tazón pequeño, mezcla el azúcar y la ralladura de naranja con los dedos hasta que la ralladura se distribuya uniformemente. Reserva. 
Coloca papel de horno debajo de una rejilla para recoger cualquier goteo y facilitar la limpieza.
En un bol pequeño, bate el zumo de naranja y el extracto de vainilla. Agrega el azúcar en polvo y bate hasta que quede suave. 
Sumerge la parte superior de cada donut en el glaseado y transfiere a la rejilla. Espolvorea inmediatamente con la mezcla de azúcar y ralladura. Deja reposar los donuts durante al menos 5 minutos antes de consumir.




Para cubrir los donuts con el chocolate, pártelo en trozos pequeños y fúndelo al baño maría o en el microondas, junto con el aceite de coco o mantequilla.
Sumerge los donuts hasta la mitad, espolvorea con el azúcar con ralladura y deja secar en una rejilla. 



Se conservan muy bien en un tupper o cubiertos con papel film, durante 3 ó 4 días. ¡Pero no durarán tanto! 

Su interior es un espectáculo. Y su sabor... ¡Mmmm...! ¡Inigualable! 


¿Te vas a quedar sin probarlos? 

BIZCOCHO DE ROSA



La primavera llegó, y con ella un cambio en nuestro estilo de vida. Las temperaturas suaves nos animan a salir más a la calle, a quedar con aquellas personas que hace tiempo que no vemos, a disfrutar un poquito más de nuestro tiempo libre.

El sabor de este bizcocho me recuerda mucho a esta época del año. Quizá es el aroma de las rosas o la frescura del limón, pero lo cierto es que no lo relaciono con el frío o la oscuridad del invierno. 
Tenía este molde sin estrenar, regalo de mi cumpleaños, esperando el momento adecuado. Quise probar la receta que recomendaba el fabricante. Siempre las pruebo y las conservo, son una maravilla. Y esta en concreto me encantó.
Lleva como ingrediente el agua de rosas. Yo no tenía en casa, pero en cambio sí tenía un aceite esencial de rosas, un aroma más concentrado cuyo sabor se consigue con solo unas pocas gotas. Y fue lo que utilicé.
Os dejo la receta tal cual, con la adaptación a nuestras harinas. Veréis que no está hecha con arroz y maíz como normalmente, porque en la receta decía que había que utilizar "bread flour", o "harina para pan", así que utilicé los almidones que hubiese utilizado para tal fin, y omití las proteicas para que quedase más suave.
Las medidas están en “cups” o tazas, cucharadas y cucharaditas. Recordad que una taza equivale a un vaso de los de agua.

INGREDIENTES:

 Para el bizcocho:

- 1/2 cucharadita de cardamomo molido
- 1/2 taza de harina de almendra
- 1/3 de taza de harina para pan (la mitad almidón de maíz y la otra mitad de almidón de patata)
- 3 cucharadas de almidón de mandioca
- Puntita de cuchara de goma xantana
- 1 cucharadita de psyllium
- 1/2 taza de pistachos molidos
- 1/2 cucharadita de levadura química
- 1/4 de cucharadita de bicarbonato
- 1 pizca de sal
- 10 cucharadas de mantequilla en pomada
- 3/4 de taza de azúcar
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 2 huevos L a temperatura ambiente
- 1/2 cucharadita de ralladura de limón
- 1 1/2 cucharadita de zumo de limón
- 1 cucharada de agua de rosas (yo le puse 5 gotas de mi esencia de rosas)
- 1/4 de cucharadita de extracto de vainilla

Para la crema de agua de rosas: 

- 3/4 de taza de nata montada bien firme
- 1/4 de taza de crème fraîche
- 1 cucharada de azúcar
- 1 cucharada de agua de rosas (yo puse 3 gotas de mi esencia de rosas)

Para el glaseado de agua de rosas: 

- 1/4 de taza de zumo de limón recién exprimido
- 3 cucharadas de agua de rosas (yo le puse 7 gotas de mi esencia de rosas)
- 1/4 de taza de azúcar
- 1 cucharada de mantequilla

Para servir, se puede acompañar de pistachos laminados y pétalos de rosa.


La última vez que hice este bizcocho, prescindí de la crema y del glaseado, y lo bañé con 225g de chocolate Ruby, de color rosa y sabor afrutado, abrillantado con una cucharadita de aceite de coco o mantequilla. Lo hice con el molde según la técnica de la "concha" de Bea Roque.


ELABORACIÓN

Precalienta el horno a 200ºC.
Engrasa un molde, bien con mantequilla y espolvoreado con harina, o bien con spray desmoldante.
Mezcla en un bol harinas, cardamomo, pistachos picados, levadura química, bicarbonato, sal, psyllium y xantana. Reserva.
Bate la mantequilla junto con el azúcar hasta que la mezcla sea cremosa. Añade entonces los huevos uno a uno y continúa batiendo.
Añade poco a poco la mezcla de harinas sin batir en exceso. 
Agrega la ralladura y el zumo de limón, el agua de rosas y el extracto de vainilla, y mezcla hasta que la masa sea homogénea.
Vierte la masa en el molde engrasado e introduce en el horno, sobre la rejilla, a media altura.
Baja la temperatura a 180ºC y hornea con calor arriba y abajo, unos 40-50 minutos, hasta que un pincho salga limpio.
Saca del horno y déjalo enfriar en el molde durante 10 minutos.


Si quieres poner el glaseado por encima, calienta todos los ingredientes en una cacerola pequeña, a fuego medio, hasta que la mantequilla se haya derretido y el azúcar esté disuelto. Antes de desmoldar, haz varios agujeritos sobre la parte posterior del bizcocho y pincela con el glaseado. A contiuación desmolda el bizcocho  y colócalo sobre una rejilla. Píncela la parte superior del bizcocho repetidamente hasta que se agote todo el glaseado. Empapará el bizcocho y le dará más sabor y humedad.




Por último, si quieres servir el bizcocho con la nata de rosas, bate la nata con una batidora de varillas hasta que se formen picos suaves. Incorpora suavemente la crème fraîche, la vainilla, el agua de rosas y el azúcar, y bate hasta que esté perfectamente montado. Reserva en la nevera hasta que lo necesites.

Si quieres presentarlo con una concha de chocolate ruby, funde el chocolate en el microondas o al baño maría junto con una cucharadita de aceite de coco o mantequilla. Ponlo sobre el molde y a continuación presiona el chocolate con el bizcocho, con cuidado de que que encaje perfectamente.
Mete al congelador al menos durante 20 minutos. Dale la vuelta al molde y aplica un golpe seco sobre su superficie. Caerá, como por arte de magia, un bizcocho con una concha preciosa. Si tras varios golpes no logras que se desmolde, congela por otros 20-30 minutos y conseguirás que se desmolde, seguro.






Para servir el bizcocho con el glaseado y la nata de rosas, córtalo en rodajas de un dedo de grosor. 
Sirve con una cucharada de nata y espolvorea con pistachos y pétalos de rosa, si tienes a mano.



¿No os parece una maravilla? A mí me parece absolutamente fascinante, precioso, y sobre todo, delicioso.

jueves, 7 de noviembre de 2024

STROOPWAFELS

 


Si alguna vez has viajado a los Países Bajos o el norte de Bélgica, es imposible que no hayas visto el dulce típico de la región por excelencia: se llama Stroopwafel y es un rico barquillo relleno de algo parecido al caramelo y un toque de canela. Es realmente adictivo, un dulce que no te dejará indiferente y que en España puedes comprar incluso en el súper, pero claro, en su versión con gluten.

Hace 10 años tuvimos la suerte de vivir en Holanda durante 3 meses. Fue una experiencia inolvidable, y aunque nos mantuvo alejados de la familia todo ese tiempo, sin duda nos dejó mucho aprendizaje.
Y un recuerdo imborrable de los dulces deliciosos que comíamos esos días.
Estos Strooopwafels son uno de ellos. Con esta receta tan sencilla, incluso los celíacos podrán deleitarse con su sabor. ¡Sigue leyendo!

INGREDIENTES (para unos 14 stroopwafels de 8 cm):

Para los stroopwafels:

- 100g de mantequilla
- 50g de azúcar glas
- Una pizca de sal
- 1 huevo pequeño
- 25 ml de leche
- 3g de levadura química, tipo Royal
- 180g de almidón de maíz
- 20g de harina de trigo sarraceno
- 1 puntita de cuchara de goma xantana
- 1/8 de cucharadita de canela molida
- Mantequilla extra para engrasar la barquillera 


Para el relleno:

- 125g de light syrup o sirope de ágave
- 50g de mantequilla
- 100g de azúcar glas
- 1g de canela molida
- Una pizca de sal
- Un sobre de azúcar vainillado (opcional)

ELABORACIÓN:

Derretimos la mantequilla sin calentarla en exceso y la mezclamos con el azúcar glas, el huevo y la leche.

Batimos bien hasta que esté todo integrado.

En un bol, mezclamos las harinas junto con la levadura, la canela, la xantana y la sal. Añadimos al bol de la mantequilla y batimos lo suficiente para que todo quede homogéneo.

Tapamos con papel film y dejamos reposar durante una media hora.

Mientras tanto, preparamos el relleno de nuestros stroopwafels.
Ponemos al fuego todos los ingredientes excepto la canela y removemos hasta que hierva. Tened en cuenta que el sirope hierve a unos 170ºC, así que ¡no se os ocurra probarlo! Añadimos la canela, removemos y retiramos del fuego.

Vais a ver que pasados unos minutos tras retirarlo del fuego, empieza a espesar. Cuando tenga la consistencia de unas natillas, comenzamos a utilizarlo. Si espesa demasiado pasado un rato, solo tenemos que volver a calentar hasta que alcance la textura deseada. 

Calentamos nuestra barquillera y la engrasamos con mantequilla. Ponemos una porción de unos 30g y cerramos suavemente. Abrimos tras 2 minutos y sacamos si está ya dorado, si no, lo dejamos unos segundos más. 

Debemos trabajar con rapidez. Cortamos con un aro de unos 8 cm y abrimos por la mitad con la punta de un cuchillo. Es fácil, aunque la masa caliente es delicada. Pero si se enfría ya no habrá manera.

Ponemos una cucharada de relleno sobre una de las capas y tapamos con la otra, apretando suavemente.
Dejamos enfriar… ¡y a disfrutar!

Os dejo un vídeo para que veáis el paso a paso. ¡Ya veréis, es fácil!








domingo, 6 de octubre de 2024

APFELSTRUDEL O STRUDEL DE MANZANA


Si alguna vez has viajado a Austria, el sur de Alemania e incluso el norte de Italia, seguro que conoces este postre típico de esa zona. Es frecuente verlo como reclamo en cafeterías y restaurantes, servido calentito, a veces acompañado de helado de vainilla. ¡Y hacerlo en casa sin gluten es posible! 

Hasta el día de hoy no he sido capaz de encontrar una pasta filo sin gluten, pero he de deciros algo: ya no me importa. Tengo la receta perfecta. Dicen que conocer cuál es el punto del estirado de la masa es fácil: debe poder leerse el periódico a través de ella. ¡Y lo conseguí! 

"Strudel" significa "remolino". La tradición manda estirar la masa sobre un mantel de tela enharinado, que servirá después para enrollarla. Y yo, que soy muy sibarita para estas cosas, me propuse hacerlo así. ¡Lo que disfruté preparando esta receta! Me sentía como una alemana más, vestida con el traje típico y mi gorro de cocinera.

Y lo mejor de todo, su sabor. Volvió a transportarme a aquel tren de Viena a Graz, donde uno de los platos que se ofrecían era un apfelstrudel que disfrutamos mientras contemplábamos el paisaje nevado, en plena Navidad.


INGREDIENTES:

 Para la masa filo

- 150g de agua
- 60g de harina de arroz
- 100g de almidón de maíz
- 40g de fécula de patata
- 4g de psyllium
- 5g de goma xantana
- 15g de azúcar
- 2g de sal
- 30g de aceite de oliva virgen extra. 


Para el relleno:

- 500g de manzanas
- 30g de pan rallado sin gluten
- 30g de pasas previamente hidratadas
- 40g de azúcar 
- 1 cucharada de canela en polvo

Mantequilla para pintar
Azúcar glas para espolvorear. 


ELABORACIÓN :

Doramos el pan rallado en una sartén con mantequilla. 

Pelamos y cortamos las manzanas. 

Preparamos la masa filo. Mezclamos los ingredientes de la masa en un bol y removemos hasta que se forme una bola. Amasamos con las manos hasta que la masa se despegue de las paredes del bol. 

Enharinamos un mantel sobre una mesa y estiramos la masa hasta que esté bien fina, procurando darle forma rectangular, sin que sea necesario que sea perfecta. 

Pintamos con la mantequilla, ponemos por encima el pan rallado, la manzana, el azúcar, la canela y las pasas. Enrollamos con 
ayuda del mantel y pasamos con cuidado a una bandeja de horno. 

Cortamos, remetemos los extremos y hacemos unos cortes en la superficie.

Pincelamos con mantequilla e introducimos en el horno, a media altura, calor arriba y abajo, a 200°C. Estará listo en unos 30 min.

Pasada la mitad del tiempo, volvemos a pintar con mantequilla.

Sacamos del horno, dejamos templar y espolvoreamos con azúcar glas.

Os dejo un vídeo para que veais el proceso. No os voy a decir que es coser y cantar, pero tampoco algo imposible. Tened paciencia y veréis los resultados. 




Servidlo cortado en porciones, templadito. Viajad a Centroeuropa sin salir de casa. 





BUNDT CAKE DE MEMBRILLO, DÁTILES, PASAS Y NUECES



El otoño es la estación ideal para innovar en la cocina. Después de las comidas frías del verano, de haber horneado lo justo y necesario, tenemos las ganas renovadas cada año de volver a hornear.
Los frutos de estación tienen la misma tonalidad que las hojas en el suelo: naranjas, amarillos, marrones...
Los membrillos que comenzamos a cosechar son una estupenda opción para ser utilizados en nuestra cocina. El dulce de membrillo tiene múltiples usos, y hoy os dejo uno de ellos. Para completar, este bundt cake además lleva dátiles, pasas y nueces. Un espectáculo.


INGREDIENTES: 

- 100g de harina de arroz
- 50g de almidón de maíz
- 1 cucharadita de Psyllium (opcional)
- Pizca de goma xantana (opcional)
- 100g de AOVE
- 3 huevos
- 1 cucharadita del mix de especias para pastel de calabaza (aquí podéis ver cómo hacerlo)
- 8g de levadura química tipo Royal
- 50g de nueces picadas
- 25g de pasas
- 6 dátiles en trocitos
- 50 g de azúcar
- 250g de dulce de membrillo


ELABORACIÓN:

Ponemos las pasas a remojo para que se hidraten bien, durante 30 minutos aproximadamente. Podemos hacer lo mismo con los dátiles, pero no es estrictamente necesario.

Mezclamos las harinas con el psyllium, la xantana, el mix de especias y la levadura química. Reservamos.

Comenzamos a elaborar el bundt. Precalentamos el horno a 200ºC. 
Batimos los huevos con el azúcar con la ayuda de una batidora de varillas.


 Agregamos el aceite y seguimos batiendo.


Cambiamos las varillas por el accesorio de mariposa y vertemos la mezcla de harinas sobre la de huevos. Seguimos batiendo.

Por último, añadimos el dulce de membrillo, los dátiles troceados, las pasas remojadas y las nueces.


Continuamos batiendo hasta que todo esté bien mezclado y ponemos en molde engrasado.



Introducimos el molde en el horno, con la rejilla en posición central y calor arriba y abajo, y bajamos la temperatura a 180ºC.

Horneamos durante 45 minutos aproximadamente o bien cuando al pinchar con un palillo, salga limpio.


Sacamos del horno, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.


Es un bizcocho muy otoñal, con un sabor increíble y una textura húmeda, dada por el dulce de membrillo. El crujido de las nueces le da el toque perfecto para que cada bocado sea un placer.


¿Te animas a probarlo?

lunes, 23 de septiembre de 2024

BIZCOCHO DE OTOÑO

 


El otoño llegó a nuestras vidas ayer al mediodía y ya podemos sentir sus efectos. Los días se acortan, las chaquetas cada vez nos acompañan más tiempo y de nuevo apetece volver a hornear. 

El año pasado recibimos el otoño con este mismo bizcocho, y nos encantó. Así que este año he vuelto a hornearlo para recibir una de mis estaciones favoritas, y quiero compartir la receta con vosotros. El autor es Patrick Rosenthal, un alemán que hace auténticas maravillas. He tenido que adaptar varios ingredientes, pero el resultado es sublime. Si te gusta el sabor a frutos secos, no dejes de leer.

INGREDIENTES:

- 200 g de nueces (yo no tenía y le puse anacardos. El sabor es igual de delicioso)
- 100 g de avellanas picadas
- 4 manzanas 
- 6 huevos tamaño L
- 240 g de azúcar 
- 2 sobrecitos de azúcar vainillado
- 240 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 6 cucharadas de harina de avena (unos 40g)
- 180 g de harina de arroz
- 60g de almidón de maíz
- 1 cucharada de psyllium
- 1 puntita de cuchara de goma xantana
- 4 cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
- 1 pizca de sal


ELABORACIÓN: 

Precalentamos el horno a 200ºC.

Picamos las nueces en trozos grandes.

Pelamos y rallamos las manzanas.

Separamos las claras de las yemas. Reservamos las primeras.

Batimos las yemas, el azúcar, el azúcar vainillado y la mantequilla hasta que quede cremoso.

Mezclamos en un bol la harina de avena, la harina de arroz, el almidón de maíz, el psyllium, la xantana, la sal y la levadura química. Añadimos esta mezcla a las yemas. 

Agregamos las avellanas molidas y seguimos batiendo.

Incorporamos las nueces picadas y las manzanas ralladas. Cuando la mezcla sea homogénea, reservamos.

Batimos las claras de huevo a punto de nieve. Incorporamos la mitad de las claras a la mezcla de yemas y harina con movimientos envolventes. Cuando estén integradas, añadimos la otra mitad y continuamos mezclando con movimientos suaves, intentando que la mezcla no pierda el aire.

Engrasamos nuestro molde con mantequilla y harina o bien con spray desmoldante (recomiendo muchísimo este último).

Vertemos la masa y, si estamos utilizando un molde bundt con relieve, le damos unos golpecitos sobre un paño de cocina para que desaparezcan las burbujas de la base y el dibujo quede perfectamente marcado.

Introducimos en el horno, en la rejilla central con calor arriba y abajo y bajamos la temperatura a 180ºC. Estará listo en unos 45-50 minutos. Comprobamos la cocción con un palillo que deberá salir seco. 

Es probable que tras media hora el bizcocho comience a dorarse en exceso. Si es así lo tapamos con papel de aluminio durante el resto del horneado.

Sacamos el bizcocho del horno, lo dejamos reposar durante 10 minutos y a continuación lo dejamos enfriar sobre una rejilla. 

¡No tiene más!

He hecho un vídeo con el paso a paso para que nadie se pierda. Bueno, en realidad lo hago para que veáis lo sencillo que es y os animéis a hacerlo. 


¡Feliz otoño!





sábado, 21 de septiembre de 2024

TARTA DE QUESO LA VIÑA


Hacía muchos años que llevaba escuchando maravillas sobre la tarta de queso "La Viña", llamada así  porque un restaurante donostiarra con el mismo nombre la llevó a su máxima expresión.


Decir que es sencilla es demasiado poco. La complejidad es cero. Unir los ingredientes, batir y al horno. No hay que comprobar texturas, ni medir temperaturas, ni tener cuidado con posibles "cortes"... Nada de nada. Siempre sale. Y siempre queda igual de rica. Para hacerla sin gluten es tan simple como sustituir la harina de trigo por el almidón de maíz.

Vais a ver la receta en cualquier lugar, y siempre es la misma. Cambia que la original está hecha con 1 kg de queso y 6 huevos grandes, y la que hacemos en casa lleva la mitad de ingredientes.

INGREDIENTES:

- 600 g de queso crema a temperatura ambiente
- 4 huevos pequeños
- 200 g de azúcar
- 250 ml de nata líquida
- 20 g de almidón de maíz


ELABORACIÓN: 

Precalienta el horno a 210ºC.

Casca los huevos en un bol y rompe las yemas. No hace falta batirlos demasiado.


Agrega el azúcar y la harina y bate ligeramente.


Añade a continuación el queso crema (directamente de la tarrina) y sigue mezclando con las varillas.






Por último, añade la nata para montar y continúa batiendo hasta que la mezcla esté homogénea.





Coloca un papel de horno sobre un molde desmontable (imprescindible para poder desmoldar luego).Para que se adapte bien, te aconsejo hacer una bola con el papel y estirarla después. Esto vuelve el papel totalmente manejable y aumenta su capacidad de adaptarse al molde.


Vertemos la masa e introducimos en la rejilla del horno en posición central. Bajamos la temperatura a 200ºC, con calor arriba y abajo.






Estará lista tras 40-45 minutos. Veremos que aumenta de tamaño y además se dora su superficie.


Saber si es el momento de finalizar la cocción fue para mí lo más complicado. Porque vais a ver que al mover el molde, la tarta "tiembla". Eso es normal y la clave para que quede jugosa por dentro.


Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla tal cual, dentro del molde y del papel. 


Para desmoldarlo deberá estar totalmente frío. Recomiendo meter al frigorífico tras 3-4 horas y desmoldar tras otras 3-4 en el frigorífico.




Si lleváis esta tarta a cualquier evento o reunión, el éxito está asegurado. Quedaréis de maravilla y solo habréis dedicado unos pocos minutos a su elaboración. ¡No esperéis años, como yo! ¡Es el momento!

viernes, 20 de septiembre de 2024

TARTA DE NATA, CREMA Y FRAMBUESAS

 


El día 15 de septiembre es el cumpleaños de mi marido. Me gusta sorprenderle con algo especial, diferente. Sin embargo, este año tuve que trabajar la noche del día 14, y supe que su tarta debía ser algo rico, pero también práctico y rápido.

Puede parecer que esta tarta es algo complejo, pero no es así. Tiene 4 elaboraciones básicas, pero que se preparan en pocos minutos: el bizcocho (lo que más tarda, una hora más o menos en total), el almíbar (unos 5-7 minutos), la crema pastelera (unos 20 min) y la nata montada (unos 3 minutos). Para hacer la cobertura de chocolate blanco (totalmente prescindible) se necesita cierta anticipación. Yo preparé todo por la tarde y la tarta reposó toda la noche en la nevera y así el chocolate endureció. Unas horas de frigorífico siempre son necesarias, pues asientan los sabores y el conjunto gana mucho.

Cuando tenemos todas las elaboraciones listas, llega lo más divertido, el montaje de la tarta. Es lo que realmente se disfruta (y también con lo que más se sufre, todo hay que decirlo). Como esta tarta no tiene grandes decoraciones ni filigranas, se hace enseguida. Solo hay que tener todo bien frío, eso sí.

Os animo a vencer el miedo a elaborar tartas sin gluten, y tartas en general. No es nada complicado, se disfruta, se ahorra dinero (las tartas sin gluten se han convertido en algo prohibitivo) y además la tomas con la satisfacción de saber lo que estás comiendo. ¡Todo son ventajas!


INGREDIENTES (para una tarta de 12 raciones) :


Para el bizcocho genovés

- 6 huevos L
- 75g de harina de arroz
- 60g de almidón de maíz
- 150g de azúcar
- 1 sobrecito de azúcar vainillado

Para el almíbar (calado del bizcocho):

- 180g de azúcar
- 180g de agua
- La piel de un limón entera
- 1 ramita de canela
- 1 chorrito de ron (opcional)

Para la crema pastelera: 

- 250g de leche entera
- 25g de almidón de maíz
- 1 huevo
- 1 yema
- 1 cucharadita de azúcar vainillado
- 35g de azúcar
- 1/2 ramita de canela
- la piel de medio limón

Para la nata montada

- 500ml de nata para montar (mínimo 35% de M.G)
- 100g de azúcar

Para el acabado final:

- 400g de frambuesas
- Azúcar glas al gusto
- 170g de chocolate blanco
- 1 cucharadita de mantequilla


ELABORACIÓN:

Comenzamos preparando el bizcocho genovés. 
Precalentamos el horno a 200ºC.
Mezclamos las harinas. Reservamos.
Montamos las claras a punto de nieve y reservamos. 
Batimos las yemas con el azúcar y el azúcar vainillado con ayuda de unas varillas hasta que la mezcla sea blanquecina y uniforme. Añadimos las harinas y seguimos batiendo con una accesorio de mariposa hasta que la mezcla sea homogénea.
Engrasamos un molde de unos 20 cm de diámetro y y forramos la base con papel de horno. Vertemos la mezcla en él e introducimos en el horno, en la rejilla, a media altura. Bajamos la temperatura a 180ºC, calor arriba y abajo. Tardará en hacerse unos 25-30 minutos, dependiendo del calor del horno. Veréis que al principio tiene la superficie rugosa, y que luego se empieza a abombar hasta que esas irregularidades desaparecen. Además, poco a poco se irá dorando. Cuando las dos cosas ocurran, estará listo. No dejéis de vigilarlo, si se cuece demasiado quedará muy seco.

Desmoldamos sobre una rejilla, con el molde del revés, así la parte abombada se igualará con el resto.

Añadimos la mitad de las claras a la mezcla de yemas. Incorporamos con movimientos envolventes, con cuidado de no quitar demasiado aire a las claras. Esa es la clave de la esponjosidad de este bizcocho, que como podéis ver, no lleva levadura.

Mientras el bizcocho enfría, elaboramos el almíbar, poniendo en un cazo a fuego medio todos los ingredientes, sin remover, durante unos 5-7 minutos. Al comprobar el punto con una cuchara, el almíbar debe caer más despacio que si fuese agua sola, pero no debe estar espeso. Cuando esté listo, dejamos infusionar con el limón y la canela y retiramos cuando esté frío.

Preparamos la crema pastelera. Calentamos la leche con el limón y la canela hasta el punto de ebullición. Retiramos del fuego, tapamos y lo dejamos infusionar unos 30 minutos. Colamos y añadimos el resto de ingredientes. Llevamos a fuego medio  sin dejar de remover, hasta que espese. Es muy, muy útil para esta elaboración contar con un robot de cocina, simplifica muchísiimo la tarea.

Comenzamos a batir la nata que deberá estar bien fría con unas varillas. Cuando esté semimontada, añadimos el azúcar en forma de lluvia. Cuando esté lista, la pasamos a una manga pastelera y la reservamos en el frigorífico.

He editado un vídeo para que podáis ver el paso a paso del montaje de esta tarta. Además le he puesto mi voz para que no os perdáis en la elaboración. 



Como veis, lo último que hacemos es fundir el chocolate junto con la mantequilla, al microondas (de 30 en 30 segundos) o al baño maría. 


Espero que os animéis a hacer esta tarta o cualquier otra. ¡Es una maravilla ver cómo otros disfrutan algo que has elaborado con tanto cariño para ellos!



miércoles, 11 de septiembre de 2024

MACARONS



Dicen que hacer macarons es una de las tareas más complicadas de un repostero. Después de mi primer intento, doy fe de que así es. ¿Y por qué? Porque hacer lo que se llama macaronage, uno de los pasos de la receta, es difícil. Consiste en remover la masa con una espátula hasta que la consistencia sea la adecuada. Y por muchos trucos que leas y consultes, siempre te quedará la duda de si está en su justo punto, si hay que remover más, o si ya te pasaste y no hay solución.

Existen fundamentalmente dos técnicas para hacer macarons. La primera utiliza únicamente claras de huevo y harina de almendra. La segunda, por la que yo opté, conlleva la elaboración de un merengue italiano. La diferencia radica en que el merengue italiano ayuda a que las claras se mantengan más estables en el horno durante la cocción. Es un poco más complicado (o más bien laborioso, diría yo), pero poco, de verdad. Y en resultado bien merece la pena.

Por lo demás, como sabéis la receta es libre de gluten por naturaleza, pues no lleva ningún tipo de harina, tan solo almendra molida. Hay que tener cuidado de que el azúcar glas sea sin gluten, y los colorantes que utilicéis también. Es una pena que no podamos disfrutar de este dulce en cualquier obrador, pero es imposible que, a pesar de no llevar gluten en su fórmula, no se contamine. Además hay pasteleros que le añaden harina de trigo, no sé muy bien por qué...

Por último, comentaros que el origen de los macarons no es francés, sino italiano. Su invención tuvo lugar en la edad media Si son tan famosos en Francia fue porque un pastelero de renombre, Pierre Desfontaines, tomó la fórmula italiana y decidió ponerle color y relleno a lo que solo era una masa de almendra, azúcar y huevo. Pero esto no ocurrió hasta el año 1930.

Yo elaboré 3 colores y 3 rellenos: fucsia para los macarons de cereza, rojo para los de fresa y marrón chocolate para los de Nutella.

Lee bien la receta antes de ponerte a ello, descubrirás que debes tener una preparación de 2 días antes de comenzar.

INGREDIENTES (para unos 25 macarons):

- 110g de clara de huevo
- 150g de harina de almendra
- 150g de azúcar glas
- 150g de azúcar blanco
- 40g de agua
- Colorantes al gusto, en gel o pasta (no sirven líquidos)
- Mermeladas variadas, o bien ganache de chocolate, Nutella, mantequilla de frutos secos... 


ELABORACIÓN:

Antes de comenzar la receta, debemos envejecer las claras de huevo. Es un proceso tan simple como dejarlas en un bol destapado en la nevera durante 2 días. Se trata de deshidratarlas para que permanezcan más firmes. Ten en cuenta que el proceso de deshidratación conlleva que bajen su volumen y por tanto su peso, así que deberás poner más cantidad de la que indica la receta.

Ahora sí, empezamos: lo primero que vamos a hacer es tamizar dos veces la harina de almendra y el azúcar glas. Es fundamental para que los macarons tengan ese aspecto plano y sin grumos. Debemos hacerlo por separado y antes de pesarlas, porque en el tamiz siempre se queda algo y no podemos perder ninguna cantidad para respetar las proporciones. Mezclamos bien los dos ingredientes e incorporamos la mitad de las claras de huevo (55g). Batimos hasta que se forme una pasta.

Para hacer el merengue italiano, ponemos en un cazo el azúcar blanco y el agua y llevamos a fuego medio. Es imprescindible tener un termómetro de cocina, pero no cuesta más de 5 ó 6 euros. No debemos remover.

Cuando el termómetro marque 110ºC, comenzamos a montar el resto de claras a punto de nieve, teniendo cuidado de que no queden demasiado duras.

Cuando la mezcla de azúcar y agua alcance los 117ºC, lo retiramos del fuego y lo vertemos lentamente sobre las claras montadas. Es mejor echarlo sobre las paredes del bol que sobre las varillas, porque de esta forma endurecería. 
Montamos el merengue con la batidora de varillas en velocidad media para que no endurezca en exceso.
Comprobamos que la mezcla está tibia y agregamos la mitad del merengue a la pasta de almendras. Es muy importante que no esté caliente, pues sacaría el aceite de las almendras y esto estropearía la preparación. Mezclamos con una espátula, como siempre con movimientos envolventes. Añadimos el resto del merengue y seguimos mezclando.

En este punto deberíamos separar la masa en varios boles si queremos hacer macarons de varios colores.
Agregamos el colorante en cada bol y comenzamos la técnica de "macaronner". 
Con ayuda de la espátula, mezclamos de manera enérgica hasta que la masa tenga una textura suave. 
¿Cómo sabemos cuándo estará lista? Tenemos que agrupar un montoncito de masa en el bol. Si el pico permanece durante mucho tiempo, la masa está dura y hay que seguir mezclando, o de lo contrario la superficie de los macarons quedará rugosa y con pequeños picos. Si el pico desaparece enseguida, nos hemos pasado, estará demasiado líquida y no subirá en el horno. Lo ideal es que el pico desaparezca lentamente. En ese punto, la masa estará lista para ponerla en la manga pastelera. Difícil, ¿eh? ¡Son riesgos que hay que correr!

Mezclamos todos los boles con el colorante y escudriñamos en diferentes mangas pasteleras.

Yo utilizo un tapete para macarons de la marca Silikomart, pero podéis utilizar un simple papel de horno en el que habréis dibujado (por el revés) círculos de unos 4 cm, colocado sobre una bandeja de horno.
Para poner la masa en el tapete o papel, simplemente poned la manga perpendicularmente a la bandeja y presionar hasta que quede a unos milímetros del borde del círculo. Dejar de presionar y retirar la manga. Un buen truco es golpear la bandeja por debajo cuando ya tengamos todos los círculos rellenos. Esto hará que desaparezcan posibles irregularidades y la masa quede uniforme y sin burbujas.
Horneamos en la rejilla central del horno precalentado a 


Sacamos del horno, dejamos unos minutos sobre la bandeja y finalmente los pasamos a una rejilla hasta que terminen de enfriarse. 

Y ya solo nos queda rellenarlos. Ponemos un poco del relleno en el centro de una mitad y aplastamos con la otra. Es mejor tener que añadir más relleno que pasarse, pues se manchará el macaron y perderá su brillo. 

Os dejo un vídeo con el paso a paso. ¡Espero que os anime a hacerlos!