El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

jueves, 14 de septiembre de 2023

TUNNEL OF FUDGE CAKE ( BIZCOCHO TÚNEL DE DULCE DE AZÚCAR)




Estamos en 1966, en el famoso concurso Pillsbury Bake Off americano.
Una concursante llamada Ella Rita Helfrich sorprende a todos con su creación: un bizcocho en el que, tras el horneado, se forma un túnel de eso que los americanos vienen a llamar “dulce de azúcar”, que no es más que una mezcla de mantequilla, azúcar y leche (en este caso también chocolate), un sabor a caballo entre el tofee y el dulce de leche.
Curiosamente el jurado le otorgó el segundo premio, pero me atrevería a decir que no hay receta más famosa de ese concurso, que se sigue celebrando aún aún en la actualidad, que la de Rita.
Como curiosidad os contaré que la participante utilizó un mix de la marca Pillsbury que fue retirado años más tarde, para el enfado de muchos. Finalmente se adaptó la fórmula añadiendo azúcar y cacao en lugar del mix, y así es como hemos llegado a la receta actual. Desde ya os adelanto que es una auténtica bomba de mantequilla y azúcar. 

El primer premio de aquel año fue para Mari Jane Petrelli, con su Goldan Gate Snack Bread. Y a pesar de que ganó $25.000 frente a los $5.000 de Rita, su receta no fue la que estuvo en boca de todos. 
Rita consiguió que la marca americana de moldes, Nordic Ware, creciese en el mercado y triunfase de forma inesperada, porque en todos los hogares americanos se quería replicar aquel bizcocho chocolatado con suave interior. A día de hoy Nordic Ware goza de muchísimo prestigio, pues sus moldes antiadherentes de formas diferentes a los tradicionales moldes redondos nos han conquistado.

Como se trataba de obtener un interior de chocolate “pegajoso”, utilicé unas harinas diferentes a las que suelo utilizar en repostería. En vez de solo arroz y maíz, utilicé el arroz glutinoso (sweet rice) y almidón de tapioca. Sus propiedades aglutinantes me parecieron las adecuadas para este bizcocho. Y conseguí lo que buscaba. Quedó genial.

¡Venga, a desempolvar vuestros medidores de “cups”! ¡Como buena receta americana no utiliza la báscula!

INGREDIENTES: 

Para el bizcocho:

- 1 y 3/4 tazas de azúcar normal
- 1 y 3/4 tazas de mantequilla a temperatura ambiente
- 6 huevos L, a temperatura ambiente
- 2 tazas de azúcar glas
- 1 y 1/2 tazas de harina de arroz glutinoso (o arroz normal)
- 1/2 taza de almidón de maíz
- 1/4 de taza de fécula de  tapioca (o más almidón de maíz)
- 1 cucharada de psyllium
- Puntita de cuchara de goma xantana
- 3/4 de taza de cacao desgrasado en polvo sin azúcar
- 2 tazas de nueces picadas (yo usé pecanas)

Para el glaseado:

- 3/4 de taza de azúcar glas
- 1/4 de taza de cacao desgrasado en polvo sin azúcar
- 4 cucharadas de leche (o alguna más, según la textura deseada)


ELABORACIÓN:

Precalentamos el horno a 200ºC.

Comenzamos tamizando y mezclando las harinas junto con el psyllium y la xantana y reservamos.
Batimos la mantequilla junto con el azúcar blanquilla, hasta obtener una mezcla cremosa.
¿Que cómo se mide un cup de mantequilla? ¡Si está a temperatura ambiente es fácil!



Agregamos los huevos uno a uno, y batimos hasta que estén bien integrados.



Añadimos entonces el azúcar glas, poco a poco.

Es el momento de agregar la harina y el cacao. Creo que nunca manché tanto la cocina como con esta receta, a pesar de tener la tapa puesta en el bol. 



Finalmente añadimos las nueces picadas y mezclamos bien. 



¡Probad la mezcla, es adictiva!

Vertemos en un molde engrasado, de mínimo 10 cups. 


Si no es tan grande, no echéis todo o se desbordará. A pesar de no llevar levadura, crece bastante. Introducimos en el horno en la rejilla a media altura, calor arriba y abajo, y bajamos la temperatura a 175ºC.


Mirad cómo creció en mi horno.


!Y más!


¡Y más!


En la receta decía que hornease una hora. El caso es que a la hora mi bizcocho estaba aún muy poco hecho por dentro. Y a pesar de que sabía que buscaba una textura jugosa, consideré que debía tenerlo más tiempo. Quizá sea por las harinas sin gluten y su diferente manera de absorber los líquidos. Finalmente estuvo en el horno 1 hora y 20 minutos, y quedó perfecto. Aún así es frágil por dentro, se rompe con facilidad.

A diferencia del resto de bizcochos, este debe enfriar en el molde, fuera ya del horno, durante 1 hora.
Pasado ese tiempo desmoldamos y dejamos enfriar por completo.

Mientras, preparamos el glaseado mezclando el azúcar y el cacao y añadiendo la leche en pequeñas tandas. 


Cuando la textura sea la que buscamos (más espesa o más líquida) dejamos de agregar la leche. Yo necesité 4 cucharadas, pero hay recetas que le ponen hasta 6.


Creo que es un bizcocho para probar una vez en la vida, y no más… Me parece demasiado calórico. Pero es innegable lo rico que está… Mirad cómo queda esa crema en su interior, ese “fudge”, de otro color… Es simplemente pecaminoso. 


¿Te atreves a probarlo?










martes, 5 de septiembre de 2023

BAKLAVA



He tardado mucho en subir esta receta, porque he querido hacer varias pruebas para ver cuál de ellas se acercaba más al baklava original. Finalmente me decanto por ésta, porque es la más fácil de hacer y porque la textura final es la que más me ha gustado.

He probado varias formas de hacer pasta filo. Desde una en la que se pincela una sartén con una masa líquida, hasta esta que os cuento hoy, que consiste en extenderla con un rodillo. Me he divertido mucho experimentando, y en casa les ha gustado probar las distintas versiones.

La receta que os dejo está hecha con pistacho. También he probado a hacerla con nueces ( relleno con 200g de nueces + 30g de azúcar), añadiendo al almíbar esencia de rosas en vez de agua de azahar (120g azúcar + 20g de miel + 70g de agua + 4 gotas de esencia de rosas). Hay tantas variaciones como hogares en Turquía. Atreveos a hacer la vuestra propia según vuestros gustos.


INGREDIENTES

Para la masa filo (salen unas 12-14 láminas para un molde de 22 cm)

- 300g de agua
- 120g de harina de arroz
- 200g de almidón de maíz
- 80g de fécula de patata
- 8g de psyllium
- 10g de goma xantana
- 30g de azúcar
- 5g de sal
- 60g de aceite de oliva virgen extra

Para el relleno:

- 175g de mantequilla (mejor si es clarificada o ghee, en breve os enseño cómo conseguirla en casa)
- 200g de pistachos finamente picados

Para el almíbar de cobertura:

- 200g de azúcar
- 300 ml de agua
- 15 ml de zumo de limón
- 1 rama de canela
- 2 cucharadas soperas de miel
- 1 cucharadita de agua de azahar

Comenzamos preparando la pasta filo. Para ello, mezclamos los ingredientes en un bol y removemos hasta que se forme una bola. Pasamos entonces a amasar con las manos hasta que la masa se despegue de las paredes del bol. Finalizamos amasando sobre la mesa hasta que la masa esté lisa. 
Dividimos la masa en 6 porciones, protegiéndola bien con film para que no se reseque.
Comenzamos alisando una de las porciones con el rodillo, hasta que que quede lo más fina posible. Debe ser casi transparente. No os preocupéis, se maneja muy bien para ser sin gluten. Es importante que sea muy fina para que no endurezca al hornear, sino que quede crujiente. Cuando hayamos conseguido una sábana finísima, envolvemos de nuevo en film transparente hasta que necesitemos utilizarla. No olvidéis espolvorearla bien con harina para que no se pegue al film.

Cuando tengamos toda la pasta filo estirada, podemos comenzar a montar el blaklava. Fundimos la mantequilla y nos disponemos a empezar.
Extendemos un poco de mantequilla en la base del molde, y colocamos una capa de masa. Pincelamos también con mantequilla y colocamos una nueva capa que también pincelaremos con mantequilla. Haremos lo mismo con 5-6 capas de masa.
A continuación, extendemos los pistachos molidos, para seguir cubriendo con el mismo número de capas de masa que habíamos puesto al principio, siempre intercaladas con mantequilla.
Cuando hayamos terminado con las capas, extendemos mantequilla también sobre la última.
Con ayuda de una espátula, intentamos meter los bordes de la masa hacia dentro, para evitar que el relleno se salga en el horno.
Cortamos el baklava en trozos, normalmente se intenta que sean rombos, ¡pero no es fácil! No os preocupéis, no es importante, estará igual de rico. Fijaos el churro que me quedó a mí, que comencé haciendo los cortes en un sentido y terminé en otro…  Y aún así, nos supo a gloria.
Introducimos en el horno precalentado a 200ºC y bajamos la temperatura a 175ºC, calor arriba y abajo, colocando el molde en la rejilla central. Hornearemos durante aproximadamente 45 minutos. No os preocupéis si no llega a dorarse, ya sabemos que a las masas sin gluten esto les cuesta mucho. Si se hornea demasiado, endurecerá mucho al enfriarse.
Mientras se hornea el baklava, preparamos el almíbar. Para ello ponemos en un cazo el agua, el azúcar, el zumo de limón y la rama de canela. Calentamos a fuego medio durante aproximadamente 10 minutos. Justo antes de apagar el fuego, retiramos la canela y añadimos la miel y el agua de azahar. Removemos bien.
El almíbar se pone con el baklava aún caliente, y hay que ser generosos. Es importante que lo hagamos llegar al fondo a través de los cortes que hicimos antes de hornear. Podemos ayudarnos con un pincel o verterlo directamente.
El baklava debe reposar al menos una hora antes de tomarlo para que el almíbar haga su función.
Podéis decorarlo con un poco de pistacho molido espolvoreado por encima, o como se os ocurra. 
¡Y a disfrutar de un delicioso baklava sin gluten!
Os dejo un vídeo que hice mientras lo preparaba, por si os sirve de ayuda ver su elaboración.



En próximas entradas os contaré cómo utilizar esta masa para otras elaboraciones como el strudel alemán o los rollitos primavera. ¡Es una maravilla lo versátil que es!
Pero mientras...¡disfrutad de esta delicia de Oriente Medio que ahora puede colarse en vuestros hogares!