El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

domingo, 28 de octubre de 2018

BOLLITOS DE CALABAZA Y LECHE CONDENSADA


¡Halloween! Desde hace varios años está irrumpiendo con fuerza en nuestro país. Pero al margen de si somos o no partidarios de esta fiesta importada, lo cierto es que las calabazas están muy presentes en nuestra gastronomía en esta época del año. Tengo la suerte de que mi padre tiene huerto y me da muchas cada año. Me encantan en forma de crema, y cómo no... ¡en la repostería! Los bizcochos de calabaza son algo exquisito. 
Desde el año pasado tenía guardada esta receta de Teresa de Celicius Gluten Free. Me parecía alucinante la mezcla de calabaza y leche condensada, pensé que tenía que estar delicioso. ¡Y no me ha defraudado! En casa nos ha encantado. La masa es muy, muy fácil de manejar. Tanto, que a las niñas les ha permitido hacer sus propias figuras ¡y disfrutar una vez más en la cocina! Hice unos cambios en las harinas porque la original lleva Ceresin y yo nunca la he utilizado.



Han hecho un fantasma, un helado, un gorro de gruja... ¡y hasta un árbol de Navidad! (o eso dicen...)
No podéis dejar de hacer esta receta que no puede ser más fácil... ¡ni estar más rica!

INGREDIENTES:

- 200g de leche condensada
- 50g de mantequilla sin sal en pomada
- 60 ml de leche
- 8g de levadura seca para masas dulces
- Una cucharadita de azúcar
- 350g de puré de calabaza. Yo cocí al vapor 400g de calabaza ya pelada y luego la deshice con un tenedor)
- Una cucharadita de sal
- 400g de almidón de maíz
- 100g de almidón de trigo
- 50g de harina de arroz
- 10g de Psyllium
- 10g de goma Xantana
- 10g de lecitina de soja molida (en molinillo de café la molí yo)
- Un huevo para pintarlos antes de meterlos al horno.

PREPARACIÓN

Templamos la leche y la mezclamos con el azúcar y la levadura seca. Batimos hasta que espume y reservamos.
Ponemos en el bol del robot las harinas, Xantana, Psyllium, lecitina de soja y sal. Removemos con el gancho amasador. Añadimos entonces el puré de calabaza. A continuación añadimos la mezcla de leche y levadura y más tarde la leche condensada.En este punto la masa es una maravilla. Es una gozada ver cómo ha ido cogiendo consistencia. Cuando veamos que está todo integrado, añadimos la mantequilla en dados y esperamos a que se integre. Y ya tenemos lista la masa. Hacemos una bola y la dejamos levar tapada con papel film en el lugar más cálido de la casa, alejada de corrientes de aire. 





Yo aquí ya sabía que esta receta iba a ser todo un éxito, porque la manejaba fenomenal ya antes del reposo, y olía fenomenal.

Pasado el tiempo de levado, precalentamos el horno a 200ºC y mientras vamos formando las piezas. Quise hacer las típicas calabacitas, y bueno, no quedaron mal del todo. Greñaron un poquito por abajo, quizás hubiesen agradecido un poquito de humedad en el horno para mantener íntegra su forma. La próxima vez probaré. Por si nunca lo habéis visto, se hacen enrollando a  una bolita de masa un hilo de cocina. Yo no tenía y mojé en aceite un poco de lana, y ha ido bien.

 Para hacer caracolas, ya sabéis, es muy fácil.




Cuando tengamos todas las figuritas formadas, pintamos con huevo batido con una pizca de sal e introducimos al horno ya caliente. Bajamos la temperatura a 180ºC y horneamos durante unos 20 minutos aproximadamente, dependiendo del horno y del tamaño de las piezas. Intentad que en una misma bandeja no haya mucha diferencia de tamaño, o las piezas pequeñas se quemarán.




Crecen hacia arriba, así que la separación que véis en la foto es más que suficiente. 
Al terminar el tiempo de horneado, los bollitos tendrán un leve color dorado por arriba. Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.



 Realmente están buenísimos, en su punto justo de azúcar, un pan dulcecito y suave. ¡No dejéis pasar la oportunidad de disfrutarlos!







domingo, 14 de octubre de 2018

INTENTO DE GALLETAS CAMPURRIANAS



Llevo varios meses intentando imitar el sabor tan característico de las galletas Campurrianas. Para mí se está convirtiendo en tarea imposible. Sin embargo, en uno de esos intentos, surgieron estas maravillosas galletas. Su sabor, riquísimo. Nada parecido a algo que hubiese hecho anteriormente. Mis hijas las devoraron, y me piden constantemente volver a hacerlas. Por ello he decidido subirlas al blog, para que queden aquí y ellas las puedan hacer cada vez que lo deseen. No puedo decir que sepan a Campurriana, aunque el sabor recuerda al de esas pastas. La receta es la mezcla de varias que he encontrado por la web, he cogido de cada una lo que me parecía que le podía aportar un sabor parecido al de las originales. Hay recetas que se consiguen enseguida y otras que cuestan una eternidad. Pero también disfruto probando, cambiando este o aquel ingrediente... ¡y las peques también!

INGREDIENTES: 

- 2 huevos
- 60g de azúcar blanquilla
- 65g de azúcar de coco 
- 45g de aceite de girasol
- 20g de preparado para flan Hacendado
- 125g de almidón de maíz
- 75g de almidón de mandioca
- 25g de harina de arroz
- 25g de harina de coco
- 5g de levadura química
- Puntita de cuchara de goma Xantana.
- Una pizca de sal

PREPARACIÓN:

Mezclamos en un un bol las harinas junto con el preparado para flan, sal, levadura y Xantana. Reservamos.
Batimos en un bol los huevos junto con el azúcar. Cuando la mezcla esté homogénea, añadimos poco a poco el aceite. 
Añadimos a continuación la mezcla de ingredientes secos y removemos hasta que esté todo integrado. Obtendremos una consistencia similar a ésta:




Ahora solo se trata de hacer bolitas de masa del tamaño que más nos apetezca (todas iguales, eso sí, para que la cocción sea uniforme). 

Debemos aplastarlas. Esta masa no lleva mantequilla, por lo que no se expandirán en el horno, sino que crecerán hacia arriba. Es curioso ver cómo se convierten en pequeños panes, con su greña y todo. El olor que impregna la cocina es adictivo.

Bien aplastaditas para que queden bien. 
Precalentamos el horno a 200ºC. Introducimos la bandeja y horneamos a 180ºC durante aproximadamente 14 minutos, dependiendo de su tamaño, calor arriba y abajo. Cuando los bordes comiencen a dorarse será señal de que están hechas.
Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Seguiré intentando conseguir el anhelado sabor, porque el aspecto y la textura ya está logrado... Espero poder publicar algún día la receta conseguida. Mientras tanto, os recomiendo mucho éstas. ¡Nos vemos pronto!



viernes, 12 de octubre de 2018

BIZCOCHO PASIEGO DE LA MARQUESA CON HABA TONKA



¿Os gustan los sobaos? En su día publiqué en el blog la receta, podéis verla aquí. Pues este bizcocho recuerda muchíííísimo a ese sabor tan peculiar. En casa les encanta. Es conocido como "el Bizcocho de la Marquesa", y realmente es digno de ese nombre. Está buenísimo. Además, le añadí un sabor muy peculiar que hace solo unos meses que descubrí, el del haba tonka. Es una semilla muy aromática, procedente de un árbol llamado Dipteryx odorata. Es del tamaño de una judía.




Su uso está ampliamente extendido en la repostería francesa. En cambio, en otros países está prohibido, puesto que posee cumarina, que tiene un poder altamente coagulante. Debe ser utilizada con moderación. Pero, para que os hagáis una idea, una persona debería consumir unas 30 habas de una vez, y este bizcocho lleva tan solo una en toda su totalidad. Son difíciles de conseguir, pero ¿acaso hay algo que no se venda en Amazon? Sin duda, os recomiendo que la probéis. Su sabor es una mezcla entre vainilla, canela, caramelo y almendra. Un desafío para los sentidos. Justo lo que le faltaba a este bizcocho para ser aún más especial si cabe. La receta es del blog Un pedacito de cielo, y no fue nada difícil adaptarla al mundo sin glu.

INGREDIENTES:

- 3 claras de huevo
- 3 yemas
- 200 ml de nata liquida
- 125g de mantequilla en pomada
- 170g de azúcar
- 150g de harina de arroz
- 50g de almidón de maíz
- 1 cucharada sopera (16g de levadura química)
- 1 haba tonka rallada (opcional)
- 1 pizca de sal
- Unas gotitas de zumo de limón. 
- Una cucharadita de Psyllium
- Puntita de cuchillo de goma Xantana.


ELABORACIÓN:

Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y unas gotitas de zumo de limón. Reservamos.
Montamos la nata bien firme. Recordad que para conseguirlo la nata deberá estar muy fría y el recipiente para montarla también.  Reservamos.
Mezclamos en un bol los ingredientes secos: harinas, levadura, ralladura de haba tonka, Psyllium y Xantana. Éstos últimos son prescindibles, pero es cierto que contribuyen a la esponjosidad y mejor conservación de la repostería. Yo tengo costumbre de ponérselos a todos mis bizcochos.
Comenzamos a elaborar la receta: batimos las yemas con el azúcar y la mantequilla en pomada hasta que la mezcla blanquee. Añadimos la mezcla de harinas poco a poco.
Añadimos la nata montada y mezclamos con una espátula, con movimientos envolventes. 



Finalmente añadimos las claras montadas, con suavidad, intentando que pierdan el mínimo aire posible. 




Cuando veamos que la mezcla está homogénea, la vertemos en un molde engrasado. Yo utilicé mi corona de otoño, aunque no se aprecia bien en las fotografías, es un molde precioso. 
Metemos en horno precalentado a 200ºC y bajamos la temperatura a 180ºC. Horneamos durante 30-40 minutos, dependiendo del horno y de la profundidad del molde.
Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.



En casa, desde luego, se ha convertido en un habitual. Y no me extraña. ¡Probadlo y me contáis!






















MAGDALENAS CLÁSICAS DE LIMÓN Y CANELA





Día del Pilar. Reunión familiar (mi madre así se llama). Necesitaba improvisar algo rápido, pues no había tenido tiempo de hacer nada el día anterior. Había que ir a lo seguro, cuando hay que hacer algo para mucha gente no es momento de probar nada nuevo, pues te puedes quedar sin acompañamiento para el café. 
Entonces, me he acordado de mi admirado Xavier Barriga y sus famosas (en el mundo entero) magdalenas clásicas. Nunca fallan. El copete, precioso. Y da igual si las haces con o sin gluten, triunfarás sin duda. 
La receta está adaptada a ingredientes sin gluten, y además, pongo aproximadamente la mitad de aceite. Me gusta más como quedan. Encontraréis la original en su libro "Magdalenas". Os lo recomiendo. Éstas son las más sencillas, pero tiene muchas otras igualmente deliciosas. La ventaja de éstas, que los ingredientes son habituales en una cocina. Vamos allá.


 INGREDIENTES:
  • 125 g de huevos (2 huevos M)
  • 175 g de azúcar
  • 60 ml de leche
  • 100 ml de aceite de oliva
  • 160 g de harina de arroz
  • 50 g de almidón de maíz
  • 7 g de levadura química tipo Royal
  • Una pizca de sal
  • Ralladura de limón al gusto
  • Canela al gusto
Batimos los huevos con el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea. Bajamos la velocidad del robot e incorporamos la leche poco a poco, y después el aceite.
En un bol aparte mezclamos los ingredientes secos: las harinas, levadura, sal, canela y ralladura de limón. Los añadimos al bol anterior con el robot también en marcha lenta.
Cuando todo esté bien integrado, batimos durante unos 3 minutos a marcha rápida. La masa será semilíquida.



Metemos en el frigorífico al menos durante una hora u hora y media. Pueden estar también toda la noche. Si tenéis prisa, podéis meter el bol al congelador durante una media hora.
Precalentamos el horno a 250 grados (o el máximo que dé nuestro horno).
Sacamos de la nevera y removemos enérgicamente con una espátula.
Rellenamos los moldes un poco más de los ¾ de su capacidad.
Horneamos durante 14-16 minutos. A 180º los primeros 6 minutos, a 170º los siguientes 6 y a 160º los últimos hasta que estén cocidas. ¡Es una gozada ver cómo crecen en el horno!

Sacamos la bandeja y dejamos enfriar sobre una rejilla.



Realmente son estupendas, con un sabor muy tradicional y un sabor que gusta a todo el mundo. 
¡Que las disfrutéis!