El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

domingo, 14 de febrero de 2021

MASA DE EMPANADILLAS

 

Las empanadillas son un aperitivo delicioso que suele gustar a todo el mundo. Porque admite múltiples rellenos. Además, puede ser una cena ideal para los niños. En casa son un habitual, les encantan las clásicas con relleno de atún, huevo y tomate frito. Pero no dejéis de probarlas rellenas de espinacas y roquefort, nueces y gorgonzola o pollo con manzana. 

Conseguir unas buenas obleas sin gluten en el mercado me ha resultado complicado. Así que finalmente decidí ponerme a probar recetas. Cuando conseguí este resultado, dejé de probar. Utilizo la misma masa para hacer empanada, solo que, por costumbre, le añado  media cucharadita de pimentón. Espero que os guste tanto como a nosotros. Mi marido dice que "no parece que sean sin gluten", y yo con eso me conformo.

INGREDIENTES: 
 
- 80 ml de agua templada
- 50ml de aceite de oliva
- 50 ml de vino blanco 
- 70g de mantequilla
- 1 huevo
- 225g de almidón de maíz
- 100g de almidón de mandioca
- 100g de harina de arroz
- 5 g de levadura seca de panadería
- 1 cucharadita de sal
- 7g de goma xantana 

Además necesitaremos otro huevo más para pintarlas antes de meterlas al horno.
 
 ELABORACIÓN:

Lo primero que tengo que deciros es que según la marca de harina que utilicéis o la humedad de vuestra cocina, tendréis que añadir más o menos harina a la masa. Debe poder manejarse sin dificultad y sin romperse. Os he dejado las cantidades que yo utilicé, pero siempre podéis añadir más harina o más agua según la consistencia de vuestra masa.
Mezclamos en un bol el agua junto con la levadura y espumamos. Reservamos.
En otro bol pesamos las harinas junto con la sal y la goma xantana. Reservamos también.

Ponemos el agua con la levadura en el robot y añadimos el resto de líquidos, incluyendo el huevo. El vino debería añadirse el último. Batimos a baja velocidad con la batidora de varillas.
Cambiamos el accesorio del robot, poniendo el gancho para amasar. Podéis también amasar en la panificadora, en la Thermomix o a mano. Añadimos la mezcla de harinas de una vez y ponemos el robot a amasar durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo esta era la consistencia de mi masa:


Es una masa consistente, aunque no dura, que no se pega en el bol.
Hacemos una bola y dejamos levar en un lugar cálido durante al menos 1 hora.

 
Pasado el tiempo, la masa habrá crecido. Enharinamos muy bien la superficie de trabajo y ponemos la bola de masa sobre ella. Ponemos harina también sobre la bola de masa y sobre el rodillo con el que vayamos a trabajar.

 
Yo utilizo el rodillo que tengo para estirar la pasta fresca a mano, que mide 1 metro de longitud. Os puede parecer una pasada, pero no sabéis lo bien que se trabaja con él. Ahorro mucho tiempo porque puedo estirar gran cantidad de masa a la vez. ¡Ni siquiera cabía entero en la foto!


Estiramos bien la masa, dándole el grosor deseado. A nosotros nos gustan gorditas, pero podéis hacerlas tan finas como deseéis.
No escatiméis en harina, si se rompe la masa os dará mucha rabia, y suele ocurrir cuando tiene un exceso de humedad. 
Cortamos la masa en círculos. A mí un vaso se me hace pequeño, porque a la hora de rellenar apenas cabe media cucharadita de relleno para que se puedan rellenar bien. Suelo utilizar un tuper pequeñito, para mí tiene el tamaño ideal. Seguro que tenéis por la cocina algo similar que os pueda servir.
 
 
Una vez cortada la masa, rellenamos teniendo en cuenta que luego debemos cerrar la empanadilla, y no debería salirse el relleno.


Cerramos nuestras empanadillas. Yo suelo hacerlo con un tenedor. Podéis mojar el borde con agua para que se pegue bien, o hacerlo con huevo batido. 
 

Para terminar, ponemos nuestras empanadillas sobre una bandeja con papel de horno y pintamos su superficie con huevo batido para que queden brillantes.


¡Y nos vamos al horno! Debería estar precalentado a 200ºC, bajando a 180ºC al introducir la bandeja. 
También podéis freírlas, pero siempre tenemos que buscar las opciones que resulten más sanas. Porque la repostería sí nos gusta tal cual, sin azúcares raros ni otros aditivos a los que llaman "sanos". ¡Y entonces hay que quitarse calorías de otras cosas!

Horneamos hasta que estén doradas, serán unos 20-25 minutos. Apenas crecen en el horno, debéis colocarlas separadas pero no hace falta que lo estén mucho, porque en cualquier caso crecen hacia arriba.
Lo ideal es comerlas recién salidas del horno, aunque frías de un día para otro también están ricas. Al no ser fritas mantienen su forma y su textura exactamente igual. 



 ¡Animaos a hacerlas y me contáis! ¡Ya veréis qué ricas! ¡Nos vemos pronto!


 





lunes, 8 de febrero de 2021

CORONA DE LA ALMUDENA

 

Sí, lo sé, estamos en febrero, pero tengo varias recetas pendientes de publicar, voy con mucho retraso.
Por eso he decidido ponerme hoy con este dulce, para que quede la receta guardada para el año que viene, que luego me vuelvo loca buscándola. 

La corona de la Almudena es un dulce con poca historia. Su origen se remonta al año 1978, en el que se convocó un concurso que pretendía crear un dulce emblemático para ese día, puesto que la Virgen de la Almudena es la patrona de los pasteleros de la Villa de Madrid. Y así fue como nació.

Dicen que la original está rellena de crema pastelera quemada y nata. Y así es como yo la hago. Con el Roscón de Reyes se diferencia además en que la corona no lleva ni agua de azahar, ni ralladura de limón y naranja, ni licor. Tampoco lleva frutas escarchadas, y es de un tamaño más pequeño que el roscón (yo la hago de medio kilo, para que nos dure un poco más). Además no lleva ni haba ni figura. Y por último, va bañada con un almíbar de naranja, lo que hace que su sabor difiera mucho con el del roscón navideño.

 

INGREDIENTES:  (para 2 coronas de 1/2 kg o una corona de 1 kg)

- 500g de almidón de maíz
- 175g de azúcar
- 10g de Psyllium
- 15g de goma Xantana
- 5 g de sal
- 10g de levadura química
- 165g de huevo 
- 190g de leche entera
- 20g de levadura seca para masas azucaradas
- 125g de mantequilla en pomada
 
Para el almíbar de naranja:
 
- 200g de agua
- 150g de azúcar
- el zumo de 1/2 naranja
 
Para la decoración: 
 
- 1 huevo
- Azúcar humedecido
- Almendras laminadas


ELABORACIÓN: 

Lo primero es hidratar la levadura seca en la leche, batiendo bien hasta que espume. A continuación añadimos los huevos uno a uno y después la mantequilla. Reservamos.

Mezclamos la harina con el psyllium, la xantana, la sal, la levadura química y el azúcar.
 

Añadimos la mezcla de harinas a los ingredientes líquidos. 
Amasamos durante 15 ó 20 minutos. Al principio, la masa tendrá este aspecto. 


Pero veremos que, según va progresando el amasado, la textura se vuelve sedosa y suave, llegando a un aspecto final similar a este.


Ponemos un poco de aceite en nuestra mesa de trabajo y lo extendemos con la mano. No es necesaria demasiada cantidad, o la masa resbalará y será imposible manejarla. Nos aceitamos también las manos. Ponemos la mitad de la masa o la masa total sobre la mesa, según si queremos hacer una corona grande o dos pequeñas. La que veis en la foto de la entrada es de 1/2 Kg, suficiente para unas 8-10 personas. Siempre recomiendo hacer 2 pequeñas porque es más fácil que leve bien y quede más esponjosa.
Rodamos la masa para hacer un "churro". 


A continuación, unimos los dos extremos y aplanamos el pliegue formado.


Estos dos pasos deben hacerse con la mayor brevedad posible, para evitar que la masa se caliente en exceso y se vuelva inmanejable. Una vez formada, la pasamos a una bandeja de horno con papel sulfurizado. En este momento podemos pasarle las manos aceitadas por su superficie para que quede bien lisa. 


Me gusta poner un vaso o similar en el interior del orificio para evitar que con el levado se cierre. Es un truco de Susana Pérez de "Webos fritos". El año pasado no lo hice y se cerró casi por completo. Está igual de rica pero no es tan vistosa. Tened en cuenta que irá al horno. Por eso yo utilizo un pequeño bol de metal, para asegurarme de que soportará bien el calor.
 

Dejamos levar en el lugar más cálido de la casa, tapada con papel film, hasta que al menos doble su volumen. Otra opción es dejarla levar unas 12h en la nevera. Esta es mi opción preferida.

 
   Al día siguiente sacamos de la nevera, dejamos atemperar y al horno.


Mientras se atempera, podéis preparar la crema pastelera. Yo la hice en mi robot de cocina. Podéis utilizar la receta que hagáis normalmente.


La textura tiene que tener cierta solidez, más o menos así.


Pintamos la corona con huevo batido. Ponemos la crema en una manga pastelera y realizamos un zig zag sobre la corona. Reservamos el resto para el relleno.


Terminamos la decoración con almendras laminadas, azúcar humedecido o lo que más os guste. La corona no lleva fruta escarchada pero, ¿quién ha dicho que no se le puede poner? Hacerla en casa supone que somos libres de ponerle lo que queramos.
Introducimos en el horno precalentado a 200ºC, calor arriba y abajo. Bajamos la temperatura a 170ºC cuando metamos la bandeja. Horneamos durante aproximadamente 15-18 minutos. La corona no precisa ser horneada con vapor. Es alucinante ver cómo termina de crecer en el horno. ¡Y lo bien que huele!


Transcurrido el tiempo comprobamos la cocción y, si está lista, sacaremos y dejaremos enfriar sobre una rejilla.

Mientras se enfría, elaboraremos el almíbar de naranja. Ponemos los ingredientes en un cazo y llevamos a ebullición. Sabremos que está listo cuando esté ligeramente denso, esto es, al coger una cucharada y dejándola caer, las gotas caen de forma más lenta, pero aún se considera la mezcla líquida. A esto se le llama "punto de hebra floja". Para que os hagáis una idea, a fuego medio tarda unos 10 minutos.


Partimos en dos nuestra corona.

Ponemos almíbar sobre la mitad inferior de la corona con ayuda de un pincel de cocina, o lo que es lo mismo, la "calamos".

 
A continuación extendemos la crema pastelera reservada. Podéis hacerlo como queráis. Yo utilizo una manga pastelera y lo hago de forma circular.

Si os apetece, podéis quemar levemente la crema, con un soplete de cocina o una plancha de hierro, según la receta original.
No es necesario que cambie el color. Si os pasáis en el tiempo, tendrá un gusto a quemado que arruinará todo el trabajo realizado. Apenas unos segundos serán suficientes.
A continuación montamos la nata. Cuando esté casi a punto, añadimos azúcar al gusto. Que esté bien montada para que aguante el peso de la parte superior de la corona. Pero recordad que si os pasáis en el montado, obtendremos mantequilla, muy rica pero que no podremos utilizar para nuestro postre.

 
Extendemos la nata montada sobre la corona. Lo mismo que con la crema, podéis hacerlo como más os guste.


 
Para terminar, tapamos de nuevo la corona y calamos la parte superior con el almíbar de naranja. Os aseguro que es el broche de oro perfecto para un dulce con muchísimo sabor.
El resultado es realmente fabuloso. En casa ya no hay día de la Almudena sin nuestra corona, y mi hija espera nerviosa el día porque sabe que podrá disfrutarla, para ella es su mejor regalo. 
Para despedirme os dejo una foto del corte. Tierna y esponjosa, pero sobre todo muy, muy rica. Espero haberlo explicado bien, pero si tenéis alguna duda, ¡no os cortéis y preguntad, os responderé encantada!


 

jueves, 4 de febrero de 2021

PAN DE CANELA Y PASAS

 


Al hacer mi pan de molde semanal, hoy he querido innovar. Así que he cogido mi libro de panes sin gluten para panificadora y me he puesto a elegir nueva receta. Me ha llamado mucho la atención este pan con canela y pasas, porque me parecía una mezcla que podía resultar rica. ¡Y no sabéis cuánto! He sustituido una parte de las pasas por orejones de albaricoque, tal y como recomendaba la autora. ¡Menudo acierto! Normalmente congelo pan para ir sacando a lo largo de la semana, pero creo que ésta no hará falta... ¡queda ya poquísimo y lo he horneado esta tarde! ¿Podéis imaginar cómo huele mi casa? 

La receta está expresada en “cups”, puesto que es un libro americano. Ya sabéis que me encanta tener libros de cocina de todo el mundo, es una perdición para mí... Está en inglés y con su sistema de medición estándar. Es una ventaja no tener que utilizar la báscula. Creo que en la cocina de todo repostero que se precie debería haber unos medidores de cups. Yo los compré por menos de 3 euros y los utilizo a menudo.   Si no tenéis y queréis hacer esta receta, solo coged un vaso de los de agua. La medida es la misma. Además de los cups, se utiliza la cucharada o “tablespoon” y la cucharadita o “teaspoon”. No tiene mayor complicación.

INGREDIENTES

- 1 y 3/4 cups de harina de arroz integral
- 1/2 cup de fécula de patata
- 1/4 cup de almidón de mandioca
- 1/2 cup de azúcar
- 1/4 cup de leche desnatada en polvo
- 1 cucharada de goma xantana
- 1 y 1/2 cucharadita de levadura seca (yo puse de la de masas dulces)
- 1 y 1/4 cucharadita de sal
- 1 cucharada de canela molida
- 1 cup de pasas
- 1/2 cup de orejones de albaricoque
- 1 cup de agua
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharaditas de vinagre
- 2 huevos ligeramente batidos
- 2 claras ligeramente batidas


ELABORACIÓN:

Pues como es un pan que se elabora en planificadora, ¡no hay nada que explicar!
Ponemos en la cubeta los ingredientes, primero los líquidos, incluidos los huevos, y después los sólidos excepto las pasas y los orejones.
Elegimos el programa que solamos utilizar. Yo uso siempre el programa 1 de mi planificadora, que dura 3 horas. Y siempre elijo el tostado oscuro.
Veréis que primero amasa y luego deja levar unos minutos, para continuar con un segundo amasado. A mitad de éste, emitirá una serie de pitidos: es el momento de añadir las pasas y los orejones. 
Cuando se detenga este segundo amasado, será el momento de retirar las palas. Yo lo hago siempre que estoy en casa para aprovechar más el pan, aunque no es imprescindible. Retiramos las palas y alisamos la masa con las manos mojadas.



No hace falta que quede liso total, pero es muy recomendable que esté lo mejor posible. Si algo me han enseñado las masas sin gluten es que el levado las modifica muy poco. No es como las masas con gluten que se quedan lisas. En las nuestras quedarán las imperfecciones que tuviese antes del levado.

Es muy recomendable vigilar vuestra masa durante el proceso de levado. Si véis que se acerca el momento del horneado (60 minutos antes del final) y aún no ha levado lo suficiente, podéis parar la máquina o bien pausarla. La mía se pausa durante unos 10 minutos, y permite pausarla tantas veces como sea posible. Si no lo tenéis claro directamente apagarla y dejad al pan que leve a su ritmo. Cuando la encendáis solo tendréis que seleccionar el programa de horneado, que dura 60 minutos. Es preferible pararla y aseguraros de que el pan ha levado lo suficiente o quedará un “mazacote” y os dará mucha rabia por el tiempo y las harinas empleadas, que sin gluten ya sabemos que no son precisamente baratas.

Cuando el programa termine, quedaréis maravillados con el pan recién hecho. ¡Es precioso y huele de vicio!


Me encanta escuchar el pitido de fin de la máquina y abrir la puerta para admirar el resultado. No sé si hay algo más satisfactorio para un cocinillas.

Desmoldamos enseguida con mucho cuidado de no quemarnos y dejamos enfriar sobre una rejilla. Es aconsejable no cortar el pan hasta que no esté frío por completo, porque la miga sigue haciéndose mientras se enfría. Si cortamos antes de tiempo podemos encontrarnos con un pan pegajoso y sin cuerpo. Es mejor esperar y disfrutarlo en su totalidad.


Si tenéis panificadora  y queréis probar un nuevo sabor, no esperéis más. No puede ser más sencillo ni puede estar más rico. Las pasas y los orejones son la clave de este pan, no os sintáis tentados de no echárselos. Quizá no os gusten mucho por sí solos, pero creedme que en este pan os van a encantar. Para mí el pan no sería ni parecido sin ellos. ¡Espero que sintáis tan tentados como yo a prepararlo!

¡Nos vemos pronto!