El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

lunes, 10 de abril de 2023

MAGDALENAS DE PISTACHO CON VAINILLA BOURBON

 


En casa somos fans número uno de los pistachos. Bueno, de los frutos secos en general. Nos encantan las avellanas, anacardos, cacahuetes... Y a mí me encanta que a mis hijas les gusten porque son ácidos grasos saludables que además ayudan mucho a la memoria.
Así que lo tenía fácil, sabía que estas magdalenas serían un éxito. Además, al ser la receta del gran Xavier Barriga, el panadero catalán, no podía ser de otra manera. En su libro "Magdalenas" recopila un montón de recetas de las que no podría elegir solo una. Adaptarlas a las harinas sin gluten no tiene ninguna complicación, por lo que es posible elaborarlas todas... ¡y en ello estoy!
Tenéis en mi blog una receta de magdalenas de pistacho y chocolate blanco para panificadora que es estupenda, pero la que os traigo hoy es radicalmente diferente. Ésta lleva una pasta de pistacho en su interior que es un plus, y si tenéis la suerte de encontrar una buena vainilla, veréis que el contraste de sabores es una maravilla.

INGREDIENTES: (salen unas 14 magdalenas)

- 125g de huevo (2 huevos M)
- 170g de azúcar
- 50 ml de leche
- 150 ml de aceite de oliva suave
- 140g de harina de arroz
- 70g de almidón de maíz
- 1 cucharadita de psyllium
- 1 puntita de cuchara de goma xantana
- 7g de levadura química (tipo Royal)
- 30g de pasta de pistacho (te explico cómo hacerla)
- 50g de pistachos tostados y troceados
- Una rama de vainilla Bourbon o vainilla de buena calidad.
- Una pizca de sal
- Ralladura de limón al gusto (yo le puse la de la mitad de un limón)

ELABORACIÓN: 

En primer lugar hacemos la pasta de pistacho. Para ello pelamos los pistachos crudos y los ponemos en un robot picador. Picamos a máxima velocidad para después, cuando estén ya picados, bajar la velocidad al mínimo, para que se vaya separando la grasa del fruto seco. Cuando veáis que la consistencia es la de una pasta, estará lista. Reservamos.

A continuación pelamos y troceamos los pistachos tostados para tenerlos listos en el momento de añadirlos. Reservamos también.

Mezclamos en un bol las harinas junto con el psyllium, la xantana, la levadura, la sal y la ralladura de limón. Agregamos entonces las semillas de la vaina de vainilla y mezclamos de nuevo. Reservamos.

Comenzamos batiendo los huevos junto con el azúcar con unas varillas, hasta que blanqueen y sus consistencia sea cremosa. Es muy importante este paso para conseguir una esponjosidad máxima. Si al asomarte la mezcla aún tiene el color de las yemas, es que aún no está lista. Debe ser casi, casi blanca. Hazlo así en cada receta que comience con un batido de huevos y azúcar y ya verás cómo cambia el resultado.


Ponemos el robot en marcha lenta y agregamos la leche, y a continuación el aceite. 
Cambiamos entonces las varillas por el accesorio de mariposa y comenzamos a añadir la mezcla de harinas, poco a poco.
Es el momento de agregar la pasta de pistacho casera, y los pistachos troceados, reservando unos cuantos para decorar las magdalenas por encima.


Cuando esté todo bien mezclado, batimos la mezcla durante 2 ó 3 minutos a velocidad rápida.
Tapamos la masa con un paño o con film transparente y dejamos reposar en la nevera al menos una hora. Es un paso muy importante, porque buscamos un choque térmico que será el que dé lugar al copete de nuestras magdalenas. Puede estar hasta 24 horas en el frigorífico.


Precalentamos el horno a 250ºC. Sacamos el bol del frigorífico y removemos enérgicamente con una espátula. Repartimos la mezcla con ayuda de una manga pastelera o una cuchara en los papeles de magdalenas, que llenaremos hasta 3/4 partes de su capacidad. Siempre recomiendo haberlos colocado previamente en un molde metálico o de silicona. Prefiero siempre el metal porque reparte mucho mejor el calor y es más fácil que las mezclas suban y queden más esponjosas. 



Para finalizar, ponemos unos trozos de pistacho sobre cada magdalena, de manera generosa.


Metemos el molde en el horno, en la rejilla central, con calor arriba y abajo, y bajamos la temperatura a 210ºC. Estarán listas en 13-15 minutos. Ya veréis cómo poco a poco la masa empieza a subir y comienza a obrarse el milagro.






Pasado el tiempo estimado, pinchamos el centro de la magdalena para comprobar la cocción. Ya sabéis que el palillo debe salir limpio.

Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. ¡Y a disfrutar!

Su interior es súper esponjoso y su sabor... ¡Mmmm! ¡Sin palabras!