Los frutos rojos siempre llaman mi atención en la frutería. Su sabor, dulce y con un ligero toque ácido, es ideal para la repostería. Su combinación con el chocolate siempre es un acierto, para mi gusto mucho mejor el blanco.
Si a esto le sumamos una presentación vistosa, estos pequeños bocados pueden ser un regalo perfecto. Si tenéis un molde parecido al mío, el resultado será un éxito. Si no es así, siempre podéis transformarlos en unos deliciosos muffins recubiertos de chocolate.
Por cierto, no me quedó más remedio que bañar 3 de estos bollitos en chocolate con leche. Mis hijas no me lo perdonaban de otra manera.
INGREDIENTES: (para 12 mini bundts)
- 115g de harina de arroz
- 50g de almidón de maíz
- 1/2 cucharadita de psyllium
- Puntita de cuchara de goma xantana
- 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
- 1/4 de cucharadita de sal
- 75g de azúcar
- 40g de mantequilla en pomada
- 125g de queso mascarpone
- 1 huevo tamaño L
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 110 g de frambuesas frescas
Para la cobertura
- 250g de chocolate blanco
- 1 cucharadita de aceite de coco o mantequilla
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 200ºC.
Mezclamos en un bol las harinas, el psyllium, la xantana, la levadura, el bicarbonato y la sal. Reservamos.
Batimos el huevo junto con el azúcar. Añadimos la mantequilla y después el queso mascarpone. Agregamos a continuación la vainilla y batimos hasta que la textura sea homogénea.
Añadimos poco a poco la mezcla de harinas. El resultado es una masa muy densa, imprescindible para que las frambuesas no caigan al fondo.
Para terminar, agregamos las frambuesas. Yo las corté en 4 porque el molde tiene huecos pequeñitos. Si hacéis muffins, perfectamente pueden ir enteras.
Engrasamos un molde y vertemos la masa, llenando hasta 2/3 de la capacidad de cada hueco.
Introducimos el molde en el horno, en la rejilla a media altura, con calor arriba y abajo, y bajamos la temperatura a 180ºC.
En mi caso, se hornearon en 14 minutos. Si son muffins, que son más grandes, probablemente necesiten unos 20 minutos.
Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Cuando estén bien fríos, fundimos el chocolate con el aceite de coco al baño maría o en el microondas.
Ponemos un poco de chocolate blanco en cada hueco (un poco menos de la mitad) y colocamos los bollitos, presionando bien.
Congelamos aproximadamente 30 minutos. Sacamos del congelador y damos unos pequeños golpes sobre la encimera, y veremos cómo caen los bollitos junto con su concha.
¡Y a disfrutarlos!
Os dejo un vídeo para que veáis lo fácil que resulta el proceso.
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