El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

miércoles, 29 de agosto de 2018

PASTÉIS DE NATA/PASTELES DE NATA




Vacaciones... qué mejor momento para cocinar sin prisa, para hacer todos esos platos que se nos antojan durante el resto del año pero que no tenemos tiempo de preparar...
Hoy traigo una receta portuguesa. Mi familia está íntimamente ligada a ese país. Podría decirse que por mis venas corre sangre portuguesa, puesto que mis antepasados eran nativos de allí. El abuelo materno de mi padre era portugués, y de ahí para atrás, todos portugueses. Mi padre nació a escasos 2 km de la frontera, y vivió su infancia en aquel pueblecito pacense donde la mayoría de la gente entiende y habla portugués. La cocina portuguesa está presente en la zona y la conocen y dominan a la perfección.
Estos pasteles habían sido creados en mi cocina antes del diagnóstico de mi hija. Buscando un día una receta de arroz de marisco portugués, el mejor arroz que he probado nunca, me topé con la página saborintenso.com. De ahí he conseguido extraordinarias recetas como el bacalhau dourado, variopintas cataplanas y estos estupendos pasteles. Todas las recetas llevan un vídeo para ver su preparación. Es mi página de referencia en la gastronomía del país vecino. Adaptar ésta al mundo singlu fue fácil, tan sólo hay que cambiar el hojaldre por uno apto.
Espero que los disfrutéis, que os atreváis a probarlos si es que no lo habéis hecho nunca.

INGREDIENTES: (Para 10-12 pastéis)

- Un paquete de masa de hojaldre sin gluten, de entre 250 y 300g (suelo usar la masa de Ahorramas)
- 250 ml de leche
- La cáscara de medio limón
- Una rama de canela
- 30g de almidón de maíz
- 250g de azúcar
- 125 ml de agua
- 4 yemas de huevo
- Azúcar glass y canela molida para espolvorear.


PREPARACIÓN:

Diluimos la maizena en unos 50ml de leche, hasta que no haya grumos. Ponemos a calentar el resto de la leche, junto a la cáscara de limón y el palo de canela. Este sencillo olor me encanta.
Cuando empiece a hervir, añadimos el vaso con la maizena y mantenemos al fuego, removiendo, hasta que vuelva a hervir. Apartamos.
En otro cazo, calentamos el agua y el azúcar. Cuando hierva, bajamos el fuego y mantenemos durante 3 minutos más.
A continuación añadimos la mezcla de agua con azúcar al cazo de la leche, poco a poco y removiendo en todo momento para evitar que aparezcan grandes grumos. La mezcla resultante habrá de colarse, para quitar los grumos que hayan podido formarse, el limón y la canela. Dejaremos que se enfríe por completo.
Mientras, ponemos el horno a precalentar a 250ºC. Desenrollamos nuestra masa de hojaldre, le quitamos el papel sobre el que va enrollado y volvemos a enrollar, asegurándonos de que quede bien apretado. Cortamos a continuación porciones de más o menos un dedo de ancho. Según la masa que utilicemos, nos saldrán 10,11,12... Es preferible hacer menos pasteles pero que queden bien, sobre todo, porque si ponemos poco hojaldre, se quemará en el horno antes de que la crema llegue a hacerse por completo.






Podéis unir las dos porciones de las esquinas para formar una sola, porque al ser redonda la masa, las esquinas quedan muy finitas. Pero con dos, problema resuelto. Las ponemos sobre unos moldes adecuados, en Portugal usan flaneras de acero inoxidable.

Yo a pesar de que tengo en casa, no puedo dejar de confiar en la antiadherencia de mi molde Le Creuset para magdalenas, así que siempre uso ese. En otro caso, untar con mantequilla antes de poner la masa para que no se pegue.





Aquí viene la única "complicación" de la receta, si es que se le puede llamar así. Hay que extender la masa en cada hueco, de manera que quede más fina en el fondo que en los bordes. Quizás pueda ser preciso que nos mojemos ligeramente los dedos. Podemos hacerlo con total tranquilidad.



No es necesaria la perfección. De hecho, ahí está lo bonito, que se note que son artesanales, hechos a mano, diferentes entre sí.

Cuando terminemos este paso, lo más probable es que la crema ya se haya enfriado. Sólo queda entonces el último paso: añadir las yemas. Mezclamos bien para que se integren y volcamos una pequeña porción de la crema terminada sobre cada uno de nuestros moldecitos de hojaldre. No deben sobrepasar el borde de la masa. Vais a ver que sobra crema. Os llegará para un segundo paquete de hojaldre. Yo la dejo en el frigorífico y la utilizo dentro de los 3 días siguientes. Es mucho más rápido: solo hay que colocar el hojaldre en los moldes, poner la crema encima y al horno.






¡Y al horno! Precalentado a 250ºC, mantenemos esa temperatura durante unos 14 minutos, situada la bandeja en la rejilla central, calor arriba y abajo. La crema se dorará, y eso será señal de que ya están hechos. Si se alcanza el tiempo y no se han dorado, podemos subir la rejilla más arriba y poner la función grill, durante un par de minutos más. Al alargar la cocción con calor arriba y abajo, nos arriesgamos a que el hojaldre se queme, o bien a que se edurezca más de lo debido.

Finalizado el tiempo sacamos del horno.



Dejamos enfriar un par de minutos y desmoldamos, colocándolos sobre una rejilla.





Es un dulce que puede tomarse recién hecho, templado e incluso frío de frigorífico. Está igual de rico.
Lo ideal es que, justo antes de consumir, espolvoreemos los pastéis con azúcar glass y canela en polvo. Les da un toque perfecto.




¡Espero que los probéis! Seguro que se convertirá en una receta cabecera de vuestra cocina, igual que lo es de la mía. ¡Nos vemos pronto!






2 comentarios:

  1. Felicidades, te han quedado auténticos! Aún no los he probado sin gluten, pero sé que están deliciosos. Por fin alguien (de España) que coloca el hojaldre en rollo y después lo corta en trocitos, yo lo hago exactamente como tú, y después lo estiro con los dedos en un molde como el tuyo. He intentado comprar los moldes auténticos portugueses por internet pero salen carísimos. Viví 4 años en Lisboa y vine enamorada de ellos. Lo único diferente que hago respecto a ti , es que pincelo con mantequilla el hojaldre antes de enrollarlo, y le da un sabor más auténtico a la masa y hojaldrada mejor en el horno. Se nota que tienes influencia portuguesa. Felicidades de nuevo. A partir de ahora te sigo!!!!

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  2. ¡¡Muchas gracias Belén!! Me alegro de que te hayas acercado hasta mi blog. Tomo nota de tu consejo con la mantequilla. ¡Soy de la opinión de que todo es mejorable! En verdad es una receta sencilla y muy resultona. ¡Saben igual que los originales!
    Hablamos por las redes, un abrazo,

    Susana.

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