El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

martes, 8 de diciembre de 2020

GALLETAS DANESAS CON PISTOLA

 


Las galletas de mantequilla son muy fáciles de hacer y quedan muy ricas. Ya sea con moldes cortadores o sellos, la apariencia queda muy vistosa. Hoy os traigo otra receta de galletas de mantequilla, las típicas danesas de la caja azul de toda la vida. Para elaborarlas se necesita una pistola, un accesorio muy fácil de conseguir a un precio razonable. 

Como veis, dispone de varios discos con los que obtendremos formas diferentes. Su uso es muy fácil, y si seguís mis indicaciones al pie de la letra, os quedarán tan bonitas como las de la foto. La caja es una que compré a propósito para llenarla de galletas sin gluten, porque me encantó. ¿Verdad que es preciosa? La receta es de Kanela y limón, adaptada a las harinas sin gluten. La presentación es tan bonita que bien puede ser digna de un regalo para una persona que te importe mucho. Te puede parecer que lleva demasiada cantidad de harina y tentarte a hacer la mitad. Créeme, merece mucho la pena hacer la receta entera. Se tarda muy poco y además, podrás compartir, que eso siempre es muy agradecido cuando se trata de repostería sin gluten.

INGREDIENTES: (para dos cajas como las de la foto, aproximadamente)

- 340g de mantequilla de calidad a temperatura ambiente
- 240g de azúcar
- 2 cucharadas de leche
- 1 cucharada de esencia de vainilla o una vaina de vainilla
- 1 huevo a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de levadura química
- 350g de harina de arroz
- 175g de almidón de maíz
-  2g de goma xantana.

ELABORACIÓN

Precalentamos el horno a 200ºC, calor arriba y abajo. Pesamos y tamizamos las harinas junto con la xantana y le añadimos la levadura química. Reservamos.
Batimos la mantequilla junto con el azúcar con ayuda de unas varillas, hasta que la mezcla sea blanquecina y cremosa. Añadimos entonces la leche y la esencia de vainilla o el interior de la vaina y mezclamos hasta que se integren.
Por último agregamos el huevo, y cambiamos las varillas por la mariposa del robot.
Esta es la apariencia de la mezcla en este paso:


Comenzamos a añadir la mezcla de harinas y levadura, con el robot en marcha lenta o bien incorporando con una espátula. Cuando la masa sea homogénea, tendremos nuestra mezcla lista.


Es una masa que no necesita reposo. Lo siguiente que tenemos que hacer es llenar nuestra pistola. 


Elegimos el disco con el que comenzaremos y se lo pondremos a la pistola, cerrándola.


Ahora estará lista para usarse. Con esa masa, podremos llenar la pistola 5 ó 6 veces. Pero ya veréis, si tenéis al menos 2 bandejas de horno, lo rápido que se hacen. Y si tenéis más de 2 bandejas, más rápido aún.
Apretad varias veces el gatillo hasta que veáis que sale masa por los orificios. Cuando sea así, estará lista para usarse.
Simplemente tenéis que apoyar la pistola DIRECTAMENTE SOBRE LA BANDEJA DEL HORNO, SIN ENGRASAR NI PONER PAPEL ENCIMA. Si hay grasa, la masa resbalará y no se despegará de la pistola. En cambio, con la bandeja “desnuda” saldrán perfectas. Apoyad la pistola y disparad una vez.
Levantad, volved a apoyarla a unos centímetros de la galleta anterior, y volved a disparar. Y así sucesivamente hasta que se termine la masa de la pistola o hasta que hayamos llenado la bandeja. O bien, hasta que nos apetezca cambiar de disco. Dejad un espacio entre galleta y galleta, porque vais a ver que en el horno crecen bastante. Perdonad las fotos, las hizo mi hija y la fotografía no es lo suyo. Las pongo en cualquier caso para que os hagáis una idea de cómo es el proceso y del tamaño.


Es muy sencillo, como un juego de niños. De hecho, a ellos les encanta. Podéis poner sobre las galletas ya formadas lo que más os guste: azúcar perlado, gotas de chocolate, frutos secos, mermelada, Lacasitos... 


Introducimos en el horno precalentado a media altura, y bajamos la temperatura a 170ºC. Tardarán aproximadamente 10-11 minutos en estar listas, dependiendo de nuestro horno. Sabremos que están bien horneadas cuando los bordes comiencen a dorarse. Entre un borde dorado y una galleta quemada hay apenas un par de minutos, así que permaneced atentos, al menos en las primeras bandejas que horneéis.


Es maravilloso verlas crecer en el horno y admirar cómo la forma que hemos elegido se va modelando poco a poco...

Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.


Y ya tenéis vuestras galletas. En cuanto estén frías, metedlas en una lata. Si es redonda, quedará mucho mejor estéticamente. Os recomiendo que utilicéis unas cápsulas de magdalena para separar los distintos modelos de galleta, y para ordenarlas dentro de la caja, aunque fuesen todas iguales.


Si no tenéis pistola, quizá estas Navidades sean el momento de haceros con una. Si has leído hasta aquí, eso significa que te ha gustado la receta. ¡No lo pienses más, te van a encantar! Además, es un precioso regalo que cualquier persona, celíaca o no, te va a agradecer, porque realmente quedan muy vistosas y muy ricas. ¡Son fáciles y baratas!
Nos vemos en la próxima entrada, tengo varias pendientes de subir. A ver si saco tiempo. Hasta entonces... ¡sé feliz!











1 comentario:

  1. Realmente fáciles de hacer, una gran receta para hacer con los peques de la casa y... Espectaculares de sabor!!!! Total sabor a galletas danesas. Deliciosas!!

    ResponderEliminar