Las crêpes siempre han sido parte de los platos que nos encanta preparar en casa. Tras el diagnóstico de celiaquía de Almudena, tuve que reinventarme y no conseguía un sabor que nos recordase al original. Finalmente lo conseguí, y a día de hoy me he hecho experta en crêpes sin gluten. Ya las hago sin báscula, con casi cualquier tipo de harina e incluso sin una sartén apropiada. Son menú siempre en nuestros apartamentos de vacaciones, ya sea en invierno o verano, y las disfrutamos un montón.
Hace un rato una de mis mejores amigas ha intentado buscar esta receta en el blog y no la ha encontrado. ¡Sacrilegio! ¿Cómo es posible que no tuviese yo subida esta receta, si apenas voy a tardar unos minutos en escribir todo? Pues ahora mismo le pongo remedio. Allá va. Espero que os guste tanto como a nosotros.
INGREDIENTES:
Masa base de crêpes (para 2 crepes enormes o 3-4 más pequeñas):
- 1 huevo
- 100g de almidón de maíz
- 150ml de leche
- 1 cucharadita de aceite
- Una pizca de sal
- Mantequilla para engrasar la crepera ó sartén.
ELABORACIÓN:
Batimos todos los ingredientes con una túrmix o simplemente un tenedor.
Engrasamos la crepera o sartén con mantequilla y ponemos una capa de masa, repartiéndola bien por todo del fondo. No debe quedar demasiado gruesa, pero si es demasiado fina se romperá al darle la vuelta. Nos daremos cuenta del grosor ideal enseguida.
Cuando veamos que comienzan a salir burbujas en la masa y que se despega de la superficie de la sartén, es el momento de darle la vuelta. Es ideal utilizar una espátula para crêpes, pues son largas y muy planas, pero si no tenéis, utilizad cualquier espátula. El movimiento debe ser rápido.
Añadimos el relleno deseado.
Cuando veamos que comienza a dorarse también la parte de abajo, plegamos. El pliegue puede ser:
Formando un cuadrado, como en la foto principal.
Llevando primera una mitad al centro y luego la otra mitad
o bien doblándola dos veces sobre sí misma, para conseguir un triángulo.
Servimos inmediatamente.