El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

domingo, 19 de octubre de 2025

SCONES

 


Si hay un dulce propio del conocido "Afternoon tea" inglés, esos son los scones.
Pequeños panecillos ligeramente dulces con un marcado sabor a mantequilla que combinan igualmente con dulce y con salado.
Tras nuestras vacaciones de este año, en las que pudimos visitar la capital británica y sus alrededores, tenia muy claro que debía replicar estos bollitos que tantas veces vimos al pasear por las calles de la ciudad, en los salones de té. 
El acompañamiento típico de los scones es una crema llamada "clotted cream", imposible de conseguir fuera del país. Pero como no hay nada imposible, buscando en redes encontré una receta para hacerla en casa. No tiene ninguna dificultad, pero sí requiere de mucha panciencia. Así que conseguí transformar nuestra mesa de comedor en un pequeño salón de té inglés, y lo disfrutamos mucho.

Os dejo ambas recetas para que vosotros también podáis viajar a Gran Bretaña sin salir de casa. ¡Y sin gluten, que es lo mejor de todo!

INGREDIENTES:

Para los scones:

- 210g de harina de arroz
- 55g de almidón de patata
- 55g de almidón de mandioca
- 35g de harina de trigo sarraceno
- 5g de psyllium
- 1 y 1/2 cucharaditas de goma xantana
- 15g de levadura química tipo Royal
- 1 cucharada de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
- 100g de mantequilla fría
- 2 huevos + 1 huevo más para el glaseado
- 120 ml de leche


Para la clotted cream:

- 400 ml de nata para montar (mínimo 35% materia grasa)


Para acompañar:

-Mermelada, preferiblemente de frutos rojos

   
ELABORACIÓN:

Si queremos elaborar la clotted cream, debemos hacerlo al menos dos días antes de preparar los scones, pues es un proceso que requiere mucho tiempo.
Simplemente hemos de verter la leche en un recipiente apto para horno, y encenderlo a una temperatura de 80ºC. No hay que hacer nada más. Lo tendremos ahí un mínimo de 8 horas. Veremos cómo poco a poco se va creando una corteza amarillenta que será la protagonista de nuestra crema.
Pasado el tiempo en el horno, sacamos y dejamos enfriar a temperatura ambiente, para después meter en el frigorífico otras 8 horas. 
De esta manera, conseguiremos separar el suero, que quedará en el fondo del recipiente, de la parte grasa de la nata, que será lo que consumiremos.
Sacamos del frigorífico y con una espumadera o similiar, cogeremos la parte espesa que está en la parte superior, incluida la costra. La pasaremos a un pequeño bol de cristal y ya estará lista para consumir.

Para preparar los scones, pesamos en un bol los ingredientes secos, esto es harinas, azúcar, psyllium, xantana, levadura química y sal.

Partimos la mantequilla en pequeños trozos o la rallamos, y la añadimos al bol de las harinas. Debemos mezclar ambas texturas con las yemas de los dedos, hasta que consigamos una apariencia similar a la arena de la playa.
Añadimos entonces una parte de los huevos y una parte de la leche, y seguimos amasando con nuestras manos. Agregamos el resto de huevos y leche y, cuando consigamos una masa homogénea, la preparación estará lista.
Ponemos nuestra masa sobre una mesa enharinada y estiramos con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 3 cm. Pensad que los scones no suben mucho en el horno, con lo cual deben ser gorditos antes de entrar en él.
Cortamos con un cortador de unos 6 cm y vamos colocando nuestros scones sobre una bandeja cubierta con papel sulfurizado. Retiramos el sobrante y volvemos a estirar la masa para volver a cortar hasta que terminemos con toda la masa.
Precalentamos nuestro horno a 220ºC.
Batimos el huevo que nos quedaba y aplicamos sobre nuestros scones con ayuda de un pincel de cocina. El huevo batido no debe caer sobre los laterales o afectará al crecimiento de nuestros scones en el horno.
Introducimos la bandeja en el horno a media altura, y bajamos la temperatura a 200ªC, con calor arriba y abajo.
Horneamos durante unos 12 minutos aproximadamente. La parte superior debería estar dorada tras ese tiempo. Sacamos del horno y dejamos entibiar en la bandeja. Consumimos acompañados de clotted cream, mermelada, queso crema, jamón york, paté... al gusto.

Se conservan muy bien en una caja de lata, incluso varias semanas. Dadles un golpe de calor justo antes de consumirlos y estarán como recién hechos.

Dejo aquí un vídeo de su elaboración para que veáis que no reviste ninguna complicación.




¡Déjate seducir por este pequeño pecado inglés!






viernes, 3 de octubre de 2025

CRÊPES




Las crêpes siempre han sido parte de los platos que nos encanta preparar en casa. Tras el diagnóstico de celiaquía de Almudena, tuve que reinventarme y no conseguía un sabor que nos recordase al original. Finalmente lo conseguí, y a día de hoy me he hecho experta en crêpes sin gluten. Ya las hago sin báscula, con casi cualquier tipo de harina e incluso sin una sartén apropiada. Son menú siempre en nuestros apartamentos de vacaciones, ya sea en invierno o verano, y las disfrutamos un montón.
Hace un rato una de mis mejores amigas ha intentado buscar esta receta en el blog y no la ha encontrado. ¡Sacrilegio! ¿Cómo es posible que no tuviese yo subida esta receta, si apenas voy a tardar unos minutos en escribir todo? Pues ahora mismo le pongo remedio. Allá va. Espero que os guste tanto como a nosotros.


INGREDIENTES:

Masa base de crêpes (para 2 crepes enormes o 3-4 más pequeñas):
- 1 huevo
- 100g de almidón de maíz 
- 150ml de leche
- 1 cucharadita de aceite
- Una pizca de sal
- Mantequilla para engrasar la crepera ó sartén.


ELABORACIÓN:

Batimos todos los ingredientes con una túrmix o simplemente un tenedor.
Engrasamos la crepera o sartén con mantequilla y ponemos una capa de masa, repartiéndola bien por todo del fondo. No debe quedar demasiado gruesa, pero si es demasiado fina se romperá al darle la vuelta. Nos daremos cuenta del grosor ideal enseguida. 
Cuando veamos que comienzan a salir burbujas en la masa y que se despega de la superficie de la sartén, es el momento de darle la vuelta. Es ideal utilizar una espátula para crêpes, pues son largas y muy planas, pero si no tenéis, utilizad cualquier espátula. El movimiento debe ser rápido.
Añadimos el relleno deseado.


Cuando veamos que comienza a dorarse también la parte de abajo, plegamos. El pliegue puede ser:
Formando un cuadrado, como en la foto principal. 
Llevando primera una mitad al centro y luego la otra mitad



o bien doblándola dos veces sobre sí misma, para conseguir un triángulo.



Servimos inmediatamente.