El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

jueves, 7 de noviembre de 2024

STROOPWAFELS

 


Si alguna vez has viajado a los Países Bajos o el norte de Bélgica, es imposible que no hayas visto el dulce típico de la región por excelencia: se llama Stroopwafel y es un rico barquillo relleno de algo parecido al caramelo y un toque de canela. Es realmente adictivo, un dulce que no te dejará indiferente y que en España puedes comprar incluso en el súper, pero claro, en su versión con gluten.

Hace 10 años tuvimos la suerte de vivir en Holanda durante 3 meses. Fue una experiencia inolvidable, y aunque nos mantuvo alejados de la familia todo ese tiempo, sin duda nos dejó mucho aprendizaje.
Y un recuerdo imborrable de los dulces deliciosos que comíamos esos días.
Estos Strooopwafels son uno de ellos. Con esta receta tan sencilla, incluso los celíacos podrán deleitarse con su sabor. ¡Sigue leyendo!

INGREDIENTES (para unos 14 stroopwafels de 8 cm):

Para los stroopwafels:

- 100g de mantequilla
- 50g de azúcar glas
- Una pizca de sal
- 1 huevo pequeño
- 25 ml de leche
- 3g de levadura química, tipo Royal
- 180g de almidón de maíz
- 20g de harina de trigo sarraceno
- 1 puntita de cuchara de goma xantana
- 1/8 de cucharadita de canela molida
- Mantequilla extra para engrasar la barquillera 


Para el relleno:

- 125g de light syrup o sirope de ágave
- 50g de mantequilla
- 100g de azúcar glas
- 1g de canela molida
- Una pizca de sal
- Un sobre de azúcar vainillado (opcional)

ELABORACIÓN:

Derretimos la mantequilla sin calentarla en exceso y la mezclamos con el azúcar glas, el huevo y la leche.

Batimos bien hasta que esté todo integrado.

En un bol, mezclamos las harinas junto con la levadura, la canela, la xantana y la sal. Añadimos al bol de la mantequilla y batimos lo suficiente para que todo quede homogéneo.

Tapamos con papel film y dejamos reposar durante una media hora.

Mientras tanto, preparamos el relleno de nuestros stroopwafels.
Ponemos al fuego todos los ingredientes excepto la canela y removemos hasta que hierva. Tened en cuenta que el sirope hierve a unos 170ºC, así que ¡no se os ocurra probarlo! Añadimos la canela, removemos y retiramos del fuego.

Vais a ver que pasados unos minutos tras retirarlo del fuego, empieza a espesar. Cuando tenga la consistencia de unas natillas, comenzamos a utilizarlo. Si espesa demasiado pasado un rato, solo tenemos que volver a calentar hasta que alcance la textura deseada. 

Calentamos nuestra barquillera y la engrasamos con mantequilla. Ponemos una porción de unos 30g y cerramos suavemente. Abrimos tras 2 minutos y sacamos si está ya dorado, si no, lo dejamos unos segundos más. 

Debemos trabajar con rapidez. Cortamos con un aro de unos 8 cm y abrimos por la mitad con la punta de un cuchillo. Es fácil, aunque la masa caliente es delicada. Pero si se enfría ya no habrá manera.

Ponemos una cucharada de relleno sobre una de las capas y tapamos con la otra, apretando suavemente.
Dejamos enfriar… ¡y a disfrutar!

Os dejo un vídeo para que veáis el paso a paso. ¡Ya veréis, es fácil!








domingo, 6 de octubre de 2024

APFELSTRUDEL O STRUDEL DE MANZANA


Si alguna vez has viajado a Austria, el sur de Alemania e incluso el norte de Italia, seguro que conoces este postre típico de esa zona. Es frecuente verlo como reclamo en cafeterías y restaurantes, servido calentito, a veces acompañado de helado de vainilla. ¡Y hacerlo en casa sin gluten es posible! 

Hasta el día de hoy no he sido capaz de encontrar una pasta filo sin gluten, pero he de deciros algo: ya no me importa. Tengo la receta perfecta. Dicen que conocer cuál es el punto del estirado de la masa es fácil: debe poder leerse el periódico a través de ella. ¡Y lo conseguí! 

"Strudel" significa "remolino". La tradición manda estirar la masa sobre un mantel de tela enharinado, que servirá después para enrollarla. Y yo, que soy muy sibarita para estas cosas, me propuse hacerlo así. ¡Lo que disfruté preparando esta receta! Me sentía como una alemana más, vestida con el traje típico y mi gorro de cocinera.

Y lo mejor de todo, su sabor. Volvió a transportarme a aquel tren de Viena a Graz, donde uno de los platos que se ofrecían era un apfelstrudel que disfrutamos mientras contemplábamos el paisaje nevado, en plena Navidad.


INGREDIENTES:

 Para la masa filo

- 150g de agua
- 60g de harina de arroz
- 100g de almidón de maíz
- 40g de fécula de patata
- 4g de psyllium
- 5g de goma xantana
- 15g de azúcar
- 2g de sal
- 30g de aceite de oliva virgen extra. 


Para el relleno:

- 500g de manzanas
- 30g de pan rallado sin gluten
- 30g de pasas previamente hidratadas
- 40g de azúcar 
- 1 cucharada de canela en polvo

Mantequilla para pintar
Azúcar glas para espolvorear. 


ELABORACIÓN :

Doramos el pan rallado en una sartén con mantequilla. 

Pelamos y cortamos las manzanas. 

Preparamos la masa filo. Mezclamos los ingredientes de la masa en un bol y removemos hasta que se forme una bola. Amasamos con las manos hasta que la masa se despegue de las paredes del bol. 

Enharinamos un mantel sobre una mesa y estiramos la masa hasta que esté bien fina, procurando darle forma rectangular, sin que sea necesario que sea perfecta. 

Pintamos con la mantequilla, ponemos por encima el pan rallado, la manzana, el azúcar, la canela y las pasas. Enrollamos con 
ayuda del mantel y pasamos con cuidado a una bandeja de horno. 

Cortamos, remetemos los extremos y hacemos unos cortes en la superficie.

Pincelamos con mantequilla e introducimos en el horno, a media altura, calor arriba y abajo, a 200°C. Estará listo en unos 30 min.

Pasada la mitad del tiempo, volvemos a pintar con mantequilla.

Sacamos del horno, dejamos templar y espolvoreamos con azúcar glas.

Os dejo un vídeo para que veais el proceso. No os voy a decir que es coser y cantar, pero tampoco algo imposible. Tened paciencia y veréis los resultados. 




Servidlo cortado en porciones, templadito. Viajad a Centroeuropa sin salir de casa. 





BUNDT CAKE DE MEMBRILLO, DÁTILES, PASAS Y NUECES



El otoño es la estación ideal para innovar en la cocina. Después de las comidas frías del verano, de haber horneado lo justo y necesario, tenemos las ganas renovadas cada año de volver a hornear.
Los frutos de estación tienen la misma tonalidad que las hojas en el suelo: naranjas, amarillos, marrones...
Los membrillos que comenzamos a cosechar son una estupenda opción para ser utilizados en nuestra cocina. El dulce de membrillo tiene múltiples usos, y hoy os dejo uno de ellos. Para completar, este bundt cake además lleva dátiles, pasas y nueces. Un espectáculo.


INGREDIENTES: 

- 100g de harina de arroz
- 50g de almidón de maíz
- 1 cucharadita de Psyllium (opcional)
- Pizca de goma xantana (opcional)
- 100g de AOVE
- 3 huevos
- 1 cucharadita del mix de especias para pastel de calabaza (aquí podéis ver cómo hacerlo)
- 8g de levadura química tipo Royal
- 50g de nueces picadas
- 25g de pasas
- 6 dátiles en trocitos
- 50 g de azúcar
- 250g de dulce de membrillo


ELABORACIÓN:

Ponemos las pasas a remojo para que se hidraten bien, durante 30 minutos aproximadamente. Podemos hacer lo mismo con los dátiles, pero no es estrictamente necesario.

Mezclamos las harinas con el psyllium, la xantana, el mix de especias y la levadura química. Reservamos.

Comenzamos a elaborar el bundt. Precalentamos el horno a 200ºC. 
Batimos los huevos con el azúcar con la ayuda de una batidora de varillas.


 Agregamos el aceite y seguimos batiendo.


Cambiamos las varillas por el accesorio de mariposa y vertemos la mezcla de harinas sobre la de huevos. Seguimos batiendo.

Por último, añadimos el dulce de membrillo, los dátiles troceados, las pasas remojadas y las nueces.


Continuamos batiendo hasta que todo esté bien mezclado y ponemos en molde engrasado.



Introducimos el molde en el horno, con la rejilla en posición central y calor arriba y abajo, y bajamos la temperatura a 180ºC.

Horneamos durante 45 minutos aproximadamente o bien cuando al pinchar con un palillo, salga limpio.


Sacamos del horno, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.


Es un bizcocho muy otoñal, con un sabor increíble y una textura húmeda, dada por el dulce de membrillo. El crujido de las nueces le da el toque perfecto para que cada bocado sea un placer.


¿Te animas a probarlo?

lunes, 23 de septiembre de 2024

BIZCOCHO DE OTOÑO

 


El otoño llegó a nuestras vidas ayer al mediodía y ya podemos sentir sus efectos. Los días se acortan, las chaquetas cada vez nos acompañan más tiempo y de nuevo apetece volver a hornear. 

El año pasado recibimos el otoño con este mismo bizcocho, y nos encantó. Así que este año he vuelto a hornearlo para recibir una de mis estaciones favoritas, y quiero compartir la receta con vosotros. El autor es Patrick Rosenthal, un alemán que hace auténticas maravillas. He tenido que adaptar varios ingredientes, pero el resultado es sublime. Si te gusta el sabor a frutos secos, no dejes de leer.

INGREDIENTES:

- 200 g de nueces (yo no tenía y le puse anacardos. El sabor es igual de delicioso)
- 100 g de avellanas picadas
- 4 manzanas 
- 6 huevos tamaño L
- 240 g de azúcar 
- 2 sobrecitos de azúcar vainillado
- 240 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 6 cucharadas de harina de avena (unos 40g)
- 180 g de harina de arroz
- 60g de almidón de maíz
- 1 cucharada de psyllium
- 1 puntita de cuchara de goma xantana
- 4 cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
- 1 pizca de sal


ELABORACIÓN: 

Precalentamos el horno a 200ºC.

Picamos las nueces en trozos grandes.

Pelamos y rallamos las manzanas.

Separamos las claras de las yemas. Reservamos las primeras.

Batimos las yemas, el azúcar, el azúcar vainillado y la mantequilla hasta que quede cremoso.

Mezclamos en un bol la harina de avena, la harina de arroz, el almidón de maíz, el psyllium, la xantana, la sal y la levadura química. Añadimos esta mezcla a las yemas. 

Agregamos las avellanas molidas y seguimos batiendo.

Incorporamos las nueces picadas y las manzanas ralladas. Cuando la mezcla sea homogénea, reservamos.

Batimos las claras de huevo a punto de nieve. Incorporamos la mitad de las claras a la mezcla de yemas y harina con movimientos envolventes. Cuando estén integradas, añadimos la otra mitad y continuamos mezclando con movimientos suaves, intentando que la mezcla no pierda el aire.

Engrasamos nuestro molde con mantequilla y harina o bien con spray desmoldante (recomiendo muchísimo este último).

Vertemos la masa y, si estamos utilizando un molde bundt con relieve, le damos unos golpecitos sobre un paño de cocina para que desaparezcan las burbujas de la base y el dibujo quede perfectamente marcado.

Introducimos en el horno, en la rejilla central con calor arriba y abajo y bajamos la temperatura a 180ºC. Estará listo en unos 45-50 minutos. Comprobamos la cocción con un palillo que deberá salir seco. 

Es probable que tras media hora el bizcocho comience a dorarse en exceso. Si es así lo tapamos con papel de aluminio durante el resto del horneado.

Sacamos el bizcocho del horno, lo dejamos reposar durante 10 minutos y a continuación lo dejamos enfriar sobre una rejilla. 

¡No tiene más!

He hecho un vídeo con el paso a paso para que nadie se pierda. Bueno, en realidad lo hago para que veáis lo sencillo que es y os animéis a hacerlo. 


¡Feliz otoño!





sábado, 21 de septiembre de 2024

TARTA DE QUESO LA VIÑA


Hacía muchos años que llevaba escuchando maravillas sobre la tarta de queso "La Viña", llamada así  porque un restaurante donostiarra con el mismo nombre la llevó a su máxima expresión.


Decir que es sencilla es demasiado poco. La complejidad es cero. Unir los ingredientes, batir y al horno. No hay que comprobar texturas, ni medir temperaturas, ni tener cuidado con posibles "cortes"... Nada de nada. Siempre sale. Y siempre queda igual de rica. Para hacerla sin gluten es tan simple como sustituir la harina de trigo por el almidón de maíz.

Vais a ver la receta en cualquier lugar, y siempre es la misma. Cambia que la original está hecha con 1 kg de queso y 6 huevos grandes, y la que hacemos en casa lleva la mitad de ingredientes.

INGREDIENTES:

- 600 g de queso crema a temperatura ambiente
- 4 huevos pequeños
- 200 g de azúcar
- 250 ml de nata líquida
- 20 g de almidón de maíz


ELABORACIÓN: 

Precalienta el horno a 210ºC.

Casca los huevos en un bol y rompe las yemas. No hace falta batirlos demasiado.


Agrega el azúcar y la harina y bate ligeramente.


Añade a continuación el queso crema (directamente de la tarrina) y sigue mezclando con las varillas.






Por último, añade la nata para montar y continúa batiendo hasta que la mezcla esté homogénea.





Coloca un papel de horno sobre un molde desmontable (imprescindible para poder desmoldar luego).Para que se adapte bien, te aconsejo hacer una bola con el papel y estirarla después. Esto vuelve el papel totalmente manejable y aumenta su capacidad de adaptarse al molde.


Vertemos la masa e introducimos en la rejilla del horno en posición central. Bajamos la temperatura a 200ºC, con calor arriba y abajo.






Estará lista tras 40-45 minutos. Veremos que aumenta de tamaño y además se dora su superficie.


Saber si es el momento de finalizar la cocción fue para mí lo más complicado. Porque vais a ver que al mover el molde, la tarta "tiembla". Eso es normal y la clave para que quede jugosa por dentro.


Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla tal cual, dentro del molde y del papel. 


Para desmoldarlo deberá estar totalmente frío. Recomiendo meter al frigorífico tras 3-4 horas y desmoldar tras otras 3-4 en el frigorífico.




Si lleváis esta tarta a cualquier evento o reunión, el éxito está asegurado. Quedaréis de maravilla y solo habréis dedicado unos pocos minutos a su elaboración. ¡No esperéis años, como yo! ¡Es el momento!

viernes, 20 de septiembre de 2024

TARTA DE NATA, CREMA Y FRAMBUESAS

 


El día 15 de septiembre es el cumpleaños de mi marido. Me gusta sorprenderle con algo especial, diferente. Sin embargo, este año tuve que trabajar la noche del día 14, y supe que su tarta debía ser algo rico, pero también práctico y rápido.

Puede parecer que esta tarta es algo complejo, pero no es así. Tiene 4 elaboraciones básicas, pero que se preparan en pocos minutos: el bizcocho (lo que más tarda, una hora más o menos en total), el almíbar (unos 5-7 minutos), la crema pastelera (unos 20 min) y la nata montada (unos 3 minutos). Para hacer la cobertura de chocolate blanco (totalmente prescindible) se necesita cierta anticipación. Yo preparé todo por la tarde y la tarta reposó toda la noche en la nevera y así el chocolate endureció. Unas horas de frigorífico siempre son necesarias, pues asientan los sabores y el conjunto gana mucho.

Cuando tenemos todas las elaboraciones listas, llega lo más divertido, el montaje de la tarta. Es lo que realmente se disfruta (y también con lo que más se sufre, todo hay que decirlo). Como esta tarta no tiene grandes decoraciones ni filigranas, se hace enseguida. Solo hay que tener todo bien frío, eso sí.

Os animo a vencer el miedo a elaborar tartas sin gluten, y tartas en general. No es nada complicado, se disfruta, se ahorra dinero (las tartas sin gluten se han convertido en algo prohibitivo) y además la tomas con la satisfacción de saber lo que estás comiendo. ¡Todo son ventajas!


INGREDIENTES (para una tarta de 12 raciones) :


Para el bizcocho genovés

- 6 huevos L
- 75g de harina de arroz
- 60g de almidón de maíz
- 150g de azúcar
- 1 sobrecito de azúcar vainillado

Para el almíbar (calado del bizcocho):

- 180g de azúcar
- 180g de agua
- La piel de un limón entera
- 1 ramita de canela
- 1 chorrito de ron (opcional)

Para la crema pastelera: 

- 250g de leche entera
- 25g de almidón de maíz
- 1 huevo
- 1 yema
- 1 cucharadita de azúcar vainillado
- 35g de azúcar
- 1/2 ramita de canela
- la piel de medio limón

Para la nata montada

- 500ml de nata para montar (mínimo 35% de M.G)
- 100g de azúcar

Para el acabado final:

- 400g de frambuesas
- Azúcar glas al gusto
- 170g de chocolate blanco
- 1 cucharadita de mantequilla


ELABORACIÓN:

Comenzamos preparando el bizcocho genovés. 
Precalentamos el horno a 200ºC.
Mezclamos las harinas. Reservamos.
Montamos las claras a punto de nieve y reservamos. 
Batimos las yemas con el azúcar y el azúcar vainillado con ayuda de unas varillas hasta que la mezcla sea blanquecina y uniforme. Añadimos las harinas y seguimos batiendo con una accesorio de mariposa hasta que la mezcla sea homogénea.
Engrasamos un molde de unos 20 cm de diámetro y y forramos la base con papel de horno. Vertemos la mezcla en él e introducimos en el horno, en la rejilla, a media altura. Bajamos la temperatura a 180ºC, calor arriba y abajo. Tardará en hacerse unos 25-30 minutos, dependiendo del calor del horno. Veréis que al principio tiene la superficie rugosa, y que luego se empieza a abombar hasta que esas irregularidades desaparecen. Además, poco a poco se irá dorando. Cuando las dos cosas ocurran, estará listo. No dejéis de vigilarlo, si se cuece demasiado quedará muy seco.

Desmoldamos sobre una rejilla, con el molde del revés, así la parte abombada se igualará con el resto.

Añadimos la mitad de las claras a la mezcla de yemas. Incorporamos con movimientos envolventes, con cuidado de no quitar demasiado aire a las claras. Esa es la clave de la esponjosidad de este bizcocho, que como podéis ver, no lleva levadura.

Mientras el bizcocho enfría, elaboramos el almíbar, poniendo en un cazo a fuego medio todos los ingredientes, sin remover, durante unos 5-7 minutos. Al comprobar el punto con una cuchara, el almíbar debe caer más despacio que si fuese agua sola, pero no debe estar espeso. Cuando esté listo, dejamos infusionar con el limón y la canela y retiramos cuando esté frío.

Preparamos la crema pastelera. Calentamos la leche con el limón y la canela hasta el punto de ebullición. Retiramos del fuego, tapamos y lo dejamos infusionar unos 30 minutos. Colamos y añadimos el resto de ingredientes. Llevamos a fuego medio  sin dejar de remover, hasta que espese. Es muy, muy útil para esta elaboración contar con un robot de cocina, simplifica muchísiimo la tarea.

Comenzamos a batir la nata que deberá estar bien fría con unas varillas. Cuando esté semimontada, añadimos el azúcar en forma de lluvia. Cuando esté lista, la pasamos a una manga pastelera y la reservamos en el frigorífico.

He editado un vídeo para que podáis ver el paso a paso del montaje de esta tarta. Además le he puesto mi voz para que no os perdáis en la elaboración. 



Como veis, lo último que hacemos es fundir el chocolate junto con la mantequilla, al microondas (de 30 en 30 segundos) o al baño maría. 


Espero que os animéis a hacer esta tarta o cualquier otra. ¡Es una maravilla ver cómo otros disfrutan algo que has elaborado con tanto cariño para ellos!



miércoles, 11 de septiembre de 2024

MACARONS



Dicen que hacer macarons es una de las tareas más complicadas de un repostero. Después de mi primer intento, doy fe de que así es. ¿Y por qué? Porque hacer lo que se llama macaronage, uno de los pasos de la receta, es difícil. Consiste en remover la masa con una espátula hasta que la consistencia sea la adecuada. Y por muchos trucos que leas y consultes, siempre te quedará la duda de si está en su justo punto, si hay que remover más, o si ya te pasaste y no hay solución.

Existen fundamentalmente dos técnicas para hacer macarons. La primera utiliza únicamente claras de huevo y harina de almendra. La segunda, por la que yo opté, conlleva la elaboración de un merengue italiano. La diferencia radica en que el merengue italiano ayuda a que las claras se mantengan más estables en el horno durante la cocción. Es un poco más complicado (o más bien laborioso, diría yo), pero poco, de verdad. Y en resultado bien merece la pena.

Por lo demás, como sabéis la receta es libre de gluten por naturaleza, pues no lleva ningún tipo de harina, tan solo almendra molida. Hay que tener cuidado de que el azúcar glas sea sin gluten, y los colorantes que utilicéis también. Es una pena que no podamos disfrutar de este dulce en cualquier obrador, pero es imposible que, a pesar de no llevar gluten en su fórmula, no se contamine. Además hay pasteleros que le añaden harina de trigo, no sé muy bien por qué...

Por último, comentaros que el origen de los macarons no es francés, sino italiano. Su invención tuvo lugar en la edad media Si son tan famosos en Francia fue porque un pastelero de renombre, Pierre Desfontaines, tomó la fórmula italiana y decidió ponerle color y relleno a lo que solo era una masa de almendra, azúcar y huevo. Pero esto no ocurrió hasta el año 1930.

Yo elaboré 3 colores y 3 rellenos: fucsia para los macarons de cereza, rojo para los de fresa y marrón chocolate para los de Nutella.

Lee bien la receta antes de ponerte a ello, descubrirás que debes tener una preparación de 2 días antes de comenzar.

INGREDIENTES (para unos 25 macarons):

- 110g de clara de huevo
- 150g de harina de almendra
- 150g de azúcar glas
- 150g de azúcar blanco
- 40g de agua
- Colorantes al gusto, en gel o pasta (no sirven líquidos)
- Mermeladas variadas, o bien ganache de chocolate, Nutella, mantequilla de frutos secos... 


ELABORACIÓN:

Antes de comenzar la receta, debemos envejecer las claras de huevo. Es un proceso tan simple como dejarlas en un bol destapado en la nevera durante 2 días. Se trata de deshidratarlas para que permanezcan más firmes. Ten en cuenta que el proceso de deshidratación conlleva que bajen su volumen y por tanto su peso, así que deberás poner más cantidad de la que indica la receta.

Ahora sí, empezamos: lo primero que vamos a hacer es tamizar dos veces la harina de almendra y el azúcar glas. Es fundamental para que los macarons tengan ese aspecto plano y sin grumos. Debemos hacerlo por separado y antes de pesarlas, porque en el tamiz siempre se queda algo y no podemos perder ninguna cantidad para respetar las proporciones. Mezclamos bien los dos ingredientes e incorporamos la mitad de las claras de huevo (55g). Batimos hasta que se forme una pasta.

Para hacer el merengue italiano, ponemos en un cazo el azúcar blanco y el agua y llevamos a fuego medio. Es imprescindible tener un termómetro de cocina, pero no cuesta más de 5 ó 6 euros. No debemos remover.

Cuando el termómetro marque 110ºC, comenzamos a montar el resto de claras a punto de nieve, teniendo cuidado de que no queden demasiado duras.

Cuando la mezcla de azúcar y agua alcance los 117ºC, lo retiramos del fuego y lo vertemos lentamente sobre las claras montadas. Es mejor echarlo sobre las paredes del bol que sobre las varillas, porque de esta forma endurecería. 
Montamos el merengue con la batidora de varillas en velocidad media para que no endurezca en exceso.
Comprobamos que la mezcla está tibia y agregamos la mitad del merengue a la pasta de almendras. Es muy importante que no esté caliente, pues sacaría el aceite de las almendras y esto estropearía la preparación. Mezclamos con una espátula, como siempre con movimientos envolventes. Añadimos el resto del merengue y seguimos mezclando.

En este punto deberíamos separar la masa en varios boles si queremos hacer macarons de varios colores.
Agregamos el colorante en cada bol y comenzamos la técnica de "macaronner". 
Con ayuda de la espátula, mezclamos de manera enérgica hasta que la masa tenga una textura suave. 
¿Cómo sabemos cuándo estará lista? Tenemos que agrupar un montoncito de masa en el bol. Si el pico permanece durante mucho tiempo, la masa está dura y hay que seguir mezclando, o de lo contrario la superficie de los macarons quedará rugosa y con pequeños picos. Si el pico desaparece enseguida, nos hemos pasado, estará demasiado líquida y no subirá en el horno. Lo ideal es que el pico desaparezca lentamente. En ese punto, la masa estará lista para ponerla en la manga pastelera. Difícil, ¿eh? ¡Son riesgos que hay que correr!

Mezclamos todos los boles con el colorante y escudriñamos en diferentes mangas pasteleras.

Yo utilizo un tapete para macarons de la marca Silikomart, pero podéis utilizar un simple papel de horno en el que habréis dibujado (por el revés) círculos de unos 4 cm, colocado sobre una bandeja de horno.
Para poner la masa en el tapete o papel, simplemente poned la manga perpendicularmente a la bandeja y presionar hasta que quede a unos milímetros del borde del círculo. Dejar de presionar y retirar la manga. Un buen truco es golpear la bandeja por debajo cuando ya tengamos todos los círculos rellenos. Esto hará que desaparezcan posibles irregularidades y la masa quede uniforme y sin burbujas.
Horneamos en la rejilla central del horno precalentado a 


Sacamos del horno, dejamos unos minutos sobre la bandeja y finalmente los pasamos a una rejilla hasta que terminen de enfriarse. 

Y ya solo nos queda rellenarlos. Ponemos un poco del relleno en el centro de una mitad y aplastamos con la otra. Es mejor tener que añadir más relleno que pasarse, pues se manchará el macaron y perderá su brillo. 

Os dejo un vídeo con el paso a paso. ¡Espero que os anime a hacerlos! 












domingo, 30 de junio de 2024

COCA DE SAN JUAN CON CREMA Y PIÑONES




La noche de San Juan de 2024 llenó las playas de la costa mediterránea de hogueras y alboroto.
Como cada año, en casa lo celebramos con una coca típica, aunque he de decir que llegó con unos días de retraso.
Llevaba mucho tiempo queriendo elaborarla de manera tradicional, pues la receta que hacía tenía como base una masa líquida que tomaba forma a expensas del molde.
Me acordé entonces del libro de Xavier Barriga "Cocas y tortas", que reposa en mi estantería gastronómica desde que vio la luz en las librerías.
Adaptar una receta así no es sencillo, o al menos para mí no lo es. Pero todo es cuestión de atreverse, de perderle el miedo a las masas levadas sin gluten. La mayor variación que hice fue incorporar leche. La receta original lleva solo agua, pero con la jugosidad que necesitan las masas sin gluten, me pareció apropiado, pensé que podría ayudar. Con respecto a las harinas, probé con mis almidones de cabecera y quedó muy rica.
Tanto, que he borrado la otra entrada y desde ahora ésta será mi receta anual de Coca de San Juan.


INGREDIENTES (para 4 cocas de 4 raciones cada una):

Para la masa:

- 250g de almidón de maíz
- 125g de fécula de patata
- 125g de almidón de mandioca
- 10g de sal
- 100g de azúcar
- 3 huevos (aprox 150g)
- 150g de mantequilla
- 125g de leche
- 120g de agua
- 15g de levadura seca para masas dulces
- La ralladura de 1/2 limón
- 1/2 cucharadita de canela
- 12g de psyllium
- 12g de goma xantana


- 1 huevo batido con un poco de sal para pintar las cocas.

Para decorar:

- Crema pastelera (tenéis la receta que hago siempre aquí)
- Piñones al gusto
- Azúcar perlado

También podéis ponerle frutas confitadas como naranja, cerezas, melón... 


ELABORACIÓN:

Ponemos en un bol el agua, la leche y la levadura seca. Dejamos que espume y añadimos los huevos uno a uno, sin dejar de batir, con una batidora de varillas.
Mientras, mezclamos en otro bol las harinas, psyllium, xantana, sal, azúcar, canela y ralladura.
Cambiamos el accesorio al gancho de amasar.
Unimos las dos mezclas y amasamos hasta que todo sea homogéneo. Casi al final del amasado, añadimos la mantequilla cortada en dados y continuamos mezclando hasta que se integre bien.

Una vez lista la masa, haremos una bola y la dejaremos levar durante una hora y media a temperatura ambiente.



Pasado ese tiempo estará lista para estirarla.
Dividimos la masa en 4 partes. Puedes prepararlas una a una o de dos en dos, como tú prefieras. Las 4 no caben en una bandeja de horno convencional.




Estiramos las cocas entre 2 papeles de horno hasta que adquieran un grosor de 1 cm aproximadamente. Si el papel se pega demasiado, podéis enfriar rápidamente la coca en el congelador. Unos minutos serán suficientes para poder separarlo sin problema.
Pintamos con huevo batido con un poco de sal y dejamos levar en un lugar cálido, alejado de corrientes de aire.
Cuando hayan crecido, volvemos a pintar con huevo y procedemos con la decoración que más nos guste.



Se hornean en horno precalentado a 200ºC y bajada la temperatura a 190ºC al introducirlas. Calor arriba y abajo, carril central del horno.

Os dejo un vídeo para que veáis el proceso y os animo a hacerlas ¡Quedan increíbles!



Son ideales para regalar. ¡Enamoraréis a cualquier celíaco si le obsequiáis con una Coca de San Juan sin gluten!




jueves, 23 de mayo de 2024

TARTA DE FERRERO



Esta tarta fue creada para mi hija pequeña en su 12 cumpleaños. Si buscáis por Internet, existen un montón de variantes así llamadas, pero no fui capaz de encontrar ninguna que fuese con bizcocho, todas eran tartas sin horno. Entonces pensé, "si tengo la mejor receta de bizcocho genovés, puedo crear yo el relleno y listo". Y así lo hice. Desde entonces solo hacen pedírmela en casa, pero es un dulce que no puede consumirse con mucha frecuencia, por lo calórico que es. Esperaremos a una ocasión al menos igual de especial.

Esta entrada no tiene apenas fotos, mi móvil murió este día y no pude terminar de fotografiar como me hubiese gustado. Espero que la explicación se entienda bien.


INGREDIENTES:  (para un molde de 20 cm)

Para el bizcocho genovés:

- 6 huevos tamaño L
- 150g de azúcar
- 75g de harina de arroz
- 60g de almidón de maíz
- 1 sobre de azúcar vainillado

Para el almíbar para calar el bizcocho:

- 100g de azúcar blanco
- 100g de agua
- La piel de un limón entera
- Una ramita de canela
- 1 chorrito de ron

Para el relleno:

- 200g de barquillos de chocolate sin gluten. Yo uso los de Schär. Antes se llamaban "quadritos", ahora los llaman "Snack".
- 300g de avellanas peladas.
- 350g de Nutella.

Para la cobertura y decoración: 

- 200g de chocolate de cobertura.
- 50g de mantequilla sin sal
- 150 g de almendras picadas
- Bombones del tipo "Bulé", bolitas "Delishios"... Estos son de Schär, pero podéis decorar con lo que más os apetezca.


ELABORACIÓN:

Comenzamos, como siempre, elaborando el bizcocho genovés. Tenéis su forma de preparación aquí.


Mientras se hornea podemos preparar el almíbar que utilizaremos después para calar el bizcocho y que quede jugoso. Para ello, ponemos todos los ingredientes en un cazo y llevamos al fuego, a media potencia, durante aproximadamente 10-12 minutos, hasta que al coger de la mezcla y dejarla caer con una cuchara, el almíbar caiga un poco más despacio de lo que lo haría el agua. A este punto se le llama "punto de hebra floja". Apartamos del fuego y dejamos enfriar.

Preparamos el relleno de nuestra tarta. 
Empezamos triturando los barquillos, es muy importante que queden con textura polvo. Utilizad una picadora, Thermomix o similar. Tened en cuenta que la mezcla final debe poder pasar por una manga pastelera.


Trituramos las avellanas. Es igual de importante que la textura quede muy fina. De hecho, sería genial que pudiéseis llegar al punto en el que el fruto seco comienza a soltar la grasa. Esto se consigue triturando muy rápido al principio, y bajando la velocidad pasados unos minutos. Vais a ver que la mezcla se vuelve oleaginosa. Eso significa que está lista.
Unimos barquillos y avellanas y añadimos la Nutella. Necesitaremos una picadora o similiar para que quede bien homogénea.
¡Y listo! Ya tenemos nuestro bizcocho y nuestro relleno.

Yo hice 3 capas de bizcocho y las rellené con la mezcla ayudándome de una manga pastelera de boquilla lisa y muy ancha, calando muy bien cada capa de bizcocho.



Ponemos una capa muy fina del relleno alrededor de la tarta, lo suficiente para que las almendras queden adheridas a la superficie. Pegamos las almendras con la mano (igual que en la Tarta San Marcos.)

Fundimos el chocolate junto con la mantequilla en el microondas o al baño maría. Cubrimos la parte superior de la tarta y dejamos que gotee por los laterales. Lo ideal es hacer esto último con un biberón de cocina, pero también podéis ayudaros con una cuchara.


Decoramos con los bombones o similar y ya tenemos nuestra tarta lista. 
Ya veréis, ¡no puede estar más rica!. El truco, emborracharla bien con el almíbar, para que la mezcla, que es bastante densa, no reseque el bizcocho.
Espero que os guste tanto como a nosotros.






 





DONUTS DE BONIATO

 


A veces los ingredientes más insólitos convierten una creación repostera en algo especial. Eso es lo que ocurre con estos donuts. El sabor dulce del boniato unido a la intensidad del cacao hacen que en boca se disfruten muchísimo.
Esta receta estaba preparada para el Showcooking de las V Jornadas Cangas Sin Gluten, aquel que desempeñamos Paula Barros (nutricionista) y yo, pero por falta de tiempo no pude prepararlos. Fue una espinita que me quedó clavada, ¡con lo repostera que soy yo, y dejarme precisamente la única receta dulce de todas! Pero como nunca es tarde, aquí la traigo para compartirla. 


INGREDIENTES: (para 5-6 donuts) 

 

  • - 150g de boniato  

  • - 2 huevos camperos tamaño L 

  • - 35g de harina de avena 

  • - 20g de cacao puro desgrasado en polvo 

  • - 4 cucharaditas de pasta de dátil ó 3 cucharadas de azúcar blanco

  • - 1 cucharadita de levadura química 

  • - 20g de aceite de coco 

  • - 1 pizca de sal 

  • - 1 tableta de chocolate negro de cobertura

 


ELABORACIÓN:


Pelamos y partimos los boniatos en trozos no muy grandes y los metemos al microondas durante unos 12 minutos. Dejamos enfriar. 


Aplastamos los trozos de boniato con un tenedor y les añadimos el resto de ingredientes. Mezclamos bien hasta conseguir una masa homogénea.  


Engrasamos un molde para donut. Ponemos la mezcla en una manga pastelera y rellenamos los moldes. 

Cocemos en microondas 7 minutos a máxima potencia (800w). 


Dejamos enfriar unos minutos en el molde y a continuación desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. 


Podemos consumir los donuts tal cual, o bien decorarlos con un ligero baño de chocolate, que tendrá siempre un porcentaje de 70% de cacao como mínimo. 


Os dejo un vídeo con el paso a paso para que veáis lo sencillo que es. ¡No hay excusa para no prepararlos!