El jardín de las celicias

El jardín de las celicias
Con todas estas recetas intento que la infancia de mis hijas, especialmente la de Almudena, sea un poquito más feliz.

lunes, 5 de abril de 2021

CHEESECAKE DE OREO Y CHOCOLATE BLANCO

 


Mi niña pequeña cumplía 9 años y le hacía ilusión de que su tarta de cumple fuese esta. Yo no pude ponerme más contenta, porque eso significaba que iba a tener que dedicarle menos tiempo del esperado a su tarta. Normalmente hago cosas más complicadas, con bizcochos horneados, almíbar, rellenos, coberturas, merengues... Y claro, esto me pareció un juego de niños. No por ello está menos buena, porque a decir verdad, está deliciosa. Por eso no he querido dejar de compartirla por aquí, porque es una tarta fácil y muy resultona.

INGREDIENTES

- ¡3 paquetes! galletas tipo Oreo sin gluten , de 165g cada uno.
- 50g de mantequilla sin sal
- 2 cucharaditas de aroma de vainilla
- 700 ml de nata para montar
- 250g de queso tipo Philadelphia
- 250g de chocolate blanco de cobertura
- 100 ml de leche
- 150g de azúcar
- 2 sobres de preparado para hacer cuajada, sabor lácteo.

ELABORACIÓN:

Para empezar elaboraremos la base de la tarta. Para ello, trituraremos un paquete entero de galletas, hasta que queden con textura polvo. 
Fundimos la mantequilla y la mezclamos con las galletas. Añadimos una cucharadita de aroma o esencia de vainilla y mezclamos muy bien.
A continuación, forramos la base de un molde desmontable (no puede ser de otra manera) con papel de horno y esparcimos nuestra mezcla, intentando que quede lo más uniforme posible. Yo utilizo un molde de 20 cm. Si es más grande, quedará más fina la tarta, algo que tampoco está nada mal.


Ponemos el molde en el frigorífico para que vaya endureciendo mientras hacemos la parte principal de la tarta. 
Tomamos un paquete de galletas Oreo y separamos las galletas propiamente dichas de la crema que llevan en su interior. Reservamos ambas partes.
Disolvemos los 2 sobres de cuajada en un vaso con los 100 ml de leche. Reservamos.
Ponemos en un cazo o en nuestro robot de cocina 600ml de nata (los 100ml restantes serán para decorar) , la crema de las galletas que hemos separado y el chocolate blanco troceado. Esperamos a que hierva y en ese momento añadimos el queso, el azúcar, la cuajada con la leche y una cucharadita de vainilla.
Calentamos de nuevo hasta que vuelva a hervir, y retiramos del fuego.  Es importante que esperemos hasta este punto para asegurarnos de que cuajará bien.
Vertemos sobre la base con cuidado.


Ahora es el momento de utilizar el tercer paquete de galletas. Reservamos entre 6 y 8 galletas para la decoración y troceamos el resto, en cuartos. Vamos introduciendo los trozos de galleta en nuestra tarta, antes de que cuaje. 


No os preocupéis porque la superficie no quede lisa. Con la decoración no se notarán nada esas imperfecciones. En cambio, resultará muy agradable encontrarse los “tropezones” de galletas en el interior de la tarta.
Metemos a la nevera y dejamos enfriar hasta que esté bien cuajada. Deberán ser al menos 3-4 horas. Ideal si es de un día para otro.
Para terminar, ya solo nos queda la decoración.
Montamos los 100 ml de nata restantes, que quede bien firme, añadiendo una cucharada de azúcar cuando esté casi montada. Cortamos por la mitad las galletas enteras reservadas. Os recomiendo hacerlo con un gesto firme, con decisión. Si no, se romperán. Sobre todo las galletas sin gluten son muy frágiles.
Después, picamos las galletas que teníamos reservadas, las que habíamos separado de la crema.
Ponemos la nata en una manga pastelera con boquilla rizada.
Esparcimos las migas de galleta por la superficie de la tarta, dejando unos cm de espacio en el borde para que la nata se pegue a la tarta.


De vosotros depende el espesor de esta capa. A mí me sobró la mitad del polvo de galletas.
A continuación, vamos haciendo decoraciones con la nata, alternando con las medias galletas reservadas.



¿Lo veis? Es una decoración muy sencilla. Ni qué decir tiene que esta es la que hago yo, ¡pero cada uno puede decorar como más le apetezca!
Finalizamos la decoración, completando el círculo entero. 


Desmoladamos... ¡y listo! Una tarta deliciosa con muy poquito trabajo. Ideal para los cumpleaños infantiles, ya que estas galletas suelen gustar mucho a los niños. ¡Ya me contaréis qué tal!


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