Si alguna vez has viajado a Austria, el sur de Alemania e incluso el norte de Italia, seguro que conoces este postre típico de esa zona. Es frecuente verlo como reclamo en cafeterías y restaurantes, servido calentito, a veces acompañado de helado de vainilla. ¡Y hacerlo en casa sin gluten es posible!
Hasta el día de hoy no he sido capaz de encontrar una pasta filo sin gluten, pero he de deciros algo: ya no me importa. Tengo la receta perfecta. Dicen que conocer cuál es el punto del estirado de la masa es fácil: debe poder leerse el periódico a través de ella. ¡Y lo conseguí!
"Strudel" significa "remolino". La tradición manda estirar la masa sobre un mantel de tela enharinado, que servirá después para enrollarla. Y yo, que soy muy sibarita para estas cosas, me propuse hacerlo así. ¡Lo que disfruté preparando esta receta! Me sentía como una alemana más, vestida con el traje típico y mi gorro de cocinera.
Y lo mejor de todo, su sabor. Volvió a transportarme a aquel tren de Viena a Graz, donde uno de los platos que se ofrecían era un apfelstrudel que disfrutamos mientras contemplábamos el paisaje nevado, en plena Navidad.
Para la masa filo
- 150g de agua
- 60g de harina de arroz
- 100g de almidón de maíz
- 40g de fécula de patata
- 4g de psyllium
- 5g de goma xantana
- 15g de azúcar
- 2g de sal
- 30g de aceite de oliva virgen extra.
Para el relleno:
- 500g de manzanas
- 30g de pan rallado sin gluten
- 30g de pasas previamente hidratadas
- 40g de azúcar
- 1 cucharada de canela en polvo
Mantequilla para pintar
Azúcar glas para espolvorear.
ELABORACIÓN :