Esta tarta fue creada para mi hija pequeña en su 12 cumpleaños. Si buscáis por Internet, existen un montón de variantes así llamadas, pero no fui capaz de encontrar ninguna que fuese con bizcocho, todas eran tartas sin horno. Entonces pensé, "si tengo la mejor receta de bizcocho genovés, puedo crear yo el relleno y listo". Y así lo hice. Desde entonces solo hacen pedírmela en casa, pero es un dulce que no puede consumirse con mucha frecuencia, por lo calórico que es. Esperaremos a una ocasión al menos igual de especial.
Esta entrada no tiene apenas fotos, mi móvil murió este día y no pude terminar de fotografiar como me hubiese gustado. Espero que la explicación se entienda bien.
INGREDIENTES: (para un molde de 20 cm)
Para el bizcocho genovés:
- 6 huevos tamaño L
- 150g de azúcar
- 75g de harina de arroz
- 60g de almidón de maíz
- 1 sobre de azúcar vainillado
Para el almíbar para calar el bizcocho:
- 100g de azúcar blanco
- 100g de agua
- La piel de un limón entera
- Una ramita de canela
- 1 chorrito de ron
Para el relleno:
- 200g de barquillos de chocolate sin gluten. Yo uso los de Schär. Antes se llamaban "quadritos", ahora los llaman "Snack".
- 300g de avellanas peladas.
- 350g de Nutella.
Para la cobertura y decoración:
- 200g de chocolate de cobertura.
- 50g de mantequilla sin sal
- 150 g de almendras picadas
- Bombones del tipo "Bulé", bolitas "Delishios"... Estos son de Schär, pero podéis decorar con lo que más os apetezca.
ELABORACIÓN:
Comenzamos, como siempre, elaborando el bizcocho genovés. Tenéis su forma de preparación
aquí.

Mientras se hornea podemos preparar el almíbar que utilizaremos después para calar el bizcocho y que quede jugoso. Para ello, ponemos todos los ingredientes en un cazo y llevamos al fuego, a media potencia, durante aproximadamente 10-12 minutos, hasta que al coger de la mezcla y dejarla caer con una cuchara, el almíbar caiga un poco más despacio de lo que lo haría el agua. A este punto se le llama "punto de hebra floja". Apartamos del fuego y dejamos enfriar.
Preparamos el relleno de nuestra tarta.
Empezamos triturando los barquillos, es muy importante que queden con textura polvo. Utilizad una picadora, Thermomix o similar. Tened en cuenta que la mezcla final debe poder pasar por una manga pastelera.
Trituramos las avellanas. Es igual de importante que la textura quede muy fina. De hecho, sería genial que pudiéseis llegar al punto en el que el fruto seco comienza a soltar la grasa. Esto se consigue triturando muy rápido al principio, y bajando la velocidad pasados unos minutos. Vais a ver que la mezcla se vuelve oleaginosa. Eso significa que está lista.
Unimos barquillos y avellanas y añadimos la Nutella. Necesitaremos una picadora o similiar para que quede bien homogénea.
¡Y listo! Ya tenemos nuestro bizcocho y nuestro relleno.
Yo hice 3 capas de bizcocho y las rellené con la mezcla ayudándome de una manga pastelera de boquilla lisa y muy ancha, calando muy bien cada capa de bizcocho.
Ponemos una capa muy fina del relleno alrededor de la tarta, lo suficiente para que las almendras queden adheridas a la superficie. Pegamos las almendras con la mano (igual que en la
Tarta San Marcos.)
Fundimos el chocolate junto con la mantequilla en el microondas o al baño maría. Cubrimos la parte superior de la tarta y dejamos que gotee por los laterales. Lo ideal es hacer esto último con un biberón de cocina, pero también podéis ayudaros con una cuchara.
Decoramos con los bombones o similar y ya tenemos nuestra tarta lista.
Ya veréis, ¡no puede estar más rica!. El truco, emborracharla bien con el almíbar, para que la mezcla, que es bastante densa, no reseque el bizcocho.
Espero que os guste tanto como a nosotros.